¡Todo a la venta! O, por lo menos, gran parte del mobiliario de la sede central de Twitter se puso en subasta a través de la casa de subastas Heritage Global Partners. De acuerdo con la empresa encargada de liquidar el equipo, se trata de “activos excedentes” de las oficinas corporativas de la popular red social del pájaro azul.
La empresa publicó en su página de Internet los detalles básicos de qué tipo de productos estarán disponibles para su compra a través de subasta. Entre dicho mobiliario, se encuentran equipo de cocina, sillas, mesas, proyectores, computadoras, accesorios de cómputo, electrónicos, accesorios decorativos, entre otros.
La oferta de compra termina este 18 de enero alrededor de las 10 horas (hora de San Francisco). Y, de acuerdo con la publicación de la casa de subastas, Heritage Global Partners, hay 631 lotes en total.
Quien quiera adquirir alguno de estos equipos o mobiliario que formó parte de la historia de la sede de Twitter, tendrá que romper el cochinito y abrir bien la cartera. Pues algunos de los productos, que podrían considerarse como “de colección”, ya alcanzan sumas importantes.
Tal es el caso de un display neón eléctrico con la silueta del pájaro azul insignia de Twitter, el cual, al momento de esta publicación, ya alcanza los 35 mil dólares. Para dar una mejor idea, son aproximadamente 654 mil 328 pesos al tipo de cambio actual.
Otro ejemplo es una escultura con silueta de “arroba”, que va en 11 mil 500 dólares. También hay lotes de cubrebocas que van de los 475 a los 650 dólares dependiendo la cantidad de piezas, máquinas de café expreso que varían su precio dependiendo sus características, y muchos otros productos más.
Por parte de Twitter, o directamente de su CEO, Elon Musk, no se han dado detalles del porqué se lleva a cabo esta subasta. No obstante, es probable que se trate de una medida para tratar de recapitalizar a la empresa que ha tenido pérdidas sustanciales en los últimos meses.
Recordemos que, desde la llegada de Elon Musk, Twitter ha resentido la partida de centenares de anunciantes, traduciéndose en menos ingresos para la compañía. Lo anterior debido, principalmente, a las políticas de libertad de expresión que puso en marcha Musk y que no fueron bien recibidas por parte de los anunciantes.
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