Crimen organizado
Estados Unidos
México
El secuestro de cuatro ciudadanos de origen norteamericano en Tamaulipas ha sido tema central en medios nacionales e internacionales. Incluso el gobierno de EE. UU., a través del FBI, ofrecía una recompensa de 50 mil dólares por información que ayude a dar con el paradero de las presuntas víctimas.
Días después, encontraron a los ciudadanos norteamericanos en una casa de madera localizada en “La Lagunona”, en el ejido “El Tecolote”, en Matamoros. Al momento del hallazgo, las autoridades de Tamaulipas constataron que dos de las víctimas de secuestro habían perdido la vida. Mientras que los dos sobrevivientes, (un hombre y una mujer) recibieron atención de los paramédicos. Esto debido a que el masculino tendría un impacto de bala en la pierna.
Como parte de las averiguaciones, el fiscal del estado, Irving Barrios Mojica, destacó que este “levantón” pudo deberse a una confusión. No a un ataque directo como muchos medios lo manejaron. Sin embargo, las indagatorias continúan. Y ahora medios internacionales y las autoridades mexicanas apuntan a otra posible causa o motivo de la privación de la libertad de los extranjeros.
Hasta el momento, el caso se mantiene en curso y las autoridades analizan cada una de las posibles líneas de investigación. Por lo que aún no es posible confirmar plenamente la causa real que derivó en la privación de la libertad. Así como la posterior muerte de dos de los cuatro ciudadanos estadounidenses.
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Las nuevas pistas sobre el caso de los norteamericanos levantados en Matamoros podría tomar un rumbo distinto al originalmente planteado. Según la narrativa inicial, los extranjeros habrían viajado a México para acompañar a una mujer que se sometería a una cirugía estética en México.
Al cruzar la frontera y llegar a Matamoros, presuntamente los “levantó” un grupo armado. Desde entonces se especuló sobre un posible secuestro. Pero ahora, un informe de las autoridades mexicanas apunta que las supuestas víctimas tienen antecedentes relacionados con el tráfico y consumo de drogas. Los estadounidenses están identificados como Eric James William, Latavia McGee, Shaeed Woodard y Zindell Brown.
De acuerdo con la información obtenida, Shaeed Woodard, una de las víctimas fatales, tenía antecedentes. Y purgó cinco condenas relacionadas con sustancias prohibidas entre los años 2007 y 2016. Entre éstos, destaca la fabricación e intención de distribución de dichas drogas. La segunda víctima fatal, Zindell Brown, obtuvo dos condenas por posesión de mariguana en 2015.
Por su parte, Eric James Williams, uno de los sobrevivientes, cuenta con una condena por elaboración y distribución de cocaína. Esto ocurrió en 2017. También se le acusa de distribuir crack, en las inmediaciones de una escuela de EE. UU.
En tanto que a Latavia McGee la acusaron en 2016 por el delito de “negligencia infantil”. Lo anterior debido a que su hija resultó positivas a una prueba de narcóticos como anfetaminas, cannabinoides y THC. Su condena fue por cinco años, aunque luego consiguió la libertad condicional.