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Recientemente, el gobierno de Israel ordenó el bombardeo a la ciudad de Rafah, localizada al sur de la Franja de Gaza, sin importar que pocas horas antes se estaba negociando un posible “alto al fuego”.
Justo en Rafah, más de un millón de palestinos han encontrado refugio en estos tiempos donde se ha incrementado el conflicto bélico. Y, aunque diversas naciones, e incluso la Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtió a Israel sobre un “desastre inminente”, Benyamin Netanyahu hizo caso omiso y ordenó un ataque a dicha ciudad sureña, presuntamente, para acabar con la amenaza de “Hamás”.
“Una invasión terrestre de Rafah sería intolerable por sus devastadoras consecuencias humanitarias y su impacto desestabilizador en la región”. Declaró António Manuel de Oliveira Guterres, secretario general de la ONU.
Por su parte, la organización islamista, Hamás, señaló que cualquier tipo de incursión militar hacia Rafah, “no será sencilla”. Y agregaron que su brazo armado, denominado las “Brigadas al Qasam”, están listas para defender a su pueblo.
A través de un comunicado emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el Gobierno mexicano condenó el ataque militar de Israel en contra de la ciudad de Rafah. Además, externaron su preocupación por “las consecuencias catastróficas” que dicho ataque podría significar para la vida de miles de civiles que se encuentran en dicha ciudad.
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“Los ataques en contra de la población civil constituyen una seria violación a las normas del derecho internacional humanitario. Por lo que México hace un enérgico llamado para un cese al fuego humanitario inmediato, que sea observado por todas las partes del conflicto. Y así sentar las bases para un entendimiento pacífico y definitivo”. Dijo la SRE.
México hace votos para que la ayuda humanitaria llegue sin contratiempos a toda la Franja de Gaza. Esto para que los suministros puedan llegar al mayor número posible de personas y así evitar que se agrave la tragedia humanitaria.
Mientras tanto, México seguirá pugnando en el ámbito multilateral. Y, en particular, en el sistema de Naciones Unidas, por la fórmula de los dos Estados, como la única solución estructural para resolver el conflicto entre Palestina e Israel.