Crimen Organizado
Julio César Chávez Jr.
En una secuencia que mezcla la rutina con lo surreal, Julio César Chávez Jr., el problemático hijo de la leyenda del boxeo mexicano, intercambió el uniforme de recluso por los guantes de boxeo, apenas un día después de que un juez federal decretó su libertad condicional. La imagen, difundida profusamente en redes sociales, contrasta con la gravedad de los cargos que enfrenta: delincuencia organizada y tráfico de armas.
Chávez Jr., de 39 años, pasó seis días en prisión preventiva en el Centro Federal de Readaptación Social número 11 antes de quedar en libertad bajo un estricto régimen de medidas cautelares. Su reingreso a la vida pública no fue discreto: apareció en el Gimnasio Coliseo Boxing Club, donde lo captaron golpeando una pera de boxeo, ataviado con la indumentaria del lugar, como si intentara reconectar de inmediato con la normalidad.
No obstante, la sombra de la justicia lo persigue. Su abogado defensor, Rubén Fernández Benítez, confirmó que el excampeón de peso medio está ahora en Hermosillo, Sonora, con su familia. Pero su libertad está severamente restringida. Le prohibieron abandonar el país sin autorización judicial y debe presentarse periódicamente para firmar ante las autoridades. Mientras tanto, en paralelo, la Fiscalía General de la República (FGR) construye su caso en su contra.
El proceso penal avanza hacia una audiencia crítica programada para el 24 de noviembre. En ésta, un juez revisará el avance de la investigación complementaria. De hallarlo culpable, Julio César Chávez Jr. se enfrenta a la perspectiva de una sentencia de hasta ocho años de tras las rejas.
Los cargos no son menores. La acusación del gobierno mexicano se sustenta en 21 elementos de prueba presentados en audiencia. Entre los más contundentes se encuentran interceptaciones telefónicas que, según la FGR, vinculan al boxeador con Néstor Isidro Pérez Salas, “El Nini”, presunto alto mandó del Cártel de Sinaloa actualmente buscado por las autoridades de Estados Unidos.
La investigación trasnacional incluye un informe de la Administración para el Control de Drogas de ese país (DEA), que lo señala como sujeto de investigación. Un hallazgo peculiar—una bata de boxeo con el nombre de Chávez Jr. en una propiedad vinculada a “El Nini”—fue incorporado al expediente como prueba circunstancial.
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Por ahora, Julio César Chávez Jr. trata de recuperar la compostura entre las cuerdas de un gimnasio sonorense. Pero, cada golpe a la pera, suena como un recordatorio de que su próxima pelea, la más importante de su vida, no será en un cuadrilátero, sino en un tribunal.