Tokio 2020
La seleccionada nacional de softbol, Steffy Aradillas, mostró a través de redes sociales que ella conserva todos sus uniformes usados durante su estancia en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Su publicación, que ya suma más de mil 600 retuits y supera los 10 mil “me gusta”, se hizo viral rápidamente.
“Antes de seguir compartiendo mi experiencia en Juegos Olímpicos, quiero enseñarles algo. Aquí están mis uniformes. Tan bonitos como siempre. Y, sin más por el momento voy a seguir compartiendo videos que tomé en Tokio para que conozcan un poquito de cómo es la vida de un atleta dentro de Juegos Olímpicos. ¡Vamos México!”
A través de los numerosos comentarios de su publicación, sus seguidores le mostraron su apoyo, al mismo tiempo que le preguntaban la razón de por qué sus compañeras tiraron los uniformes a la basura.
A través de las cuentas de redes sociales de Chelsea González, Dallas Escobedo y Anissa Urtez, jugadoras del equipo mexicano de softbol que participó en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, compartieron una carta para explicar y profundizar sobre la situación que las involucra: el desechar sus uniformes en la basura de la Villa Olímpica. El comunicado que se presenta tanto en inglés como en español dice:
“Lamentamos que las acciones de nuestro equipo hayan causado tanta decepción a nuestros seguidores y fans Olímpicos en todo el país. Cada uno de los miembros de nuestro equipo trabajó duro para ingresar a los Juegos Olímpicos y poder representar a nuestro país”.
“Nos enorgullece vestir los colores de México y dar esperanza e inspiración a otras jóvenes de ascendencia mexicana. No teníamos intención de faltarle el respeto a nuestro país ni a nuestra bandera. No teníamos intención de ignorar lo que significa estar en Juegos Olímpicos para tantos. Nos llevamos a casa todos nuestros uniformes de juego, ropa bordada y equipo de softbol, lo que podíamos meter en una sola maleta. Entendemos que eso no es excusa para dar la impresión de desprecio por un evento tan histórico. Trabajaremos para hacerlo mejor y ser mejores”.
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La jugadora y seleccionada nacional de México, reconoció públicamente que decidió dejar parte de sus uniformes, no porque no los quisiera, sino porque sólo tenía una maleta. Así lo publicó en sus redes sociales al pronunciarse sobre la reciente polémica que involucra a su equipo de softbol.
“Angustia. Dolor. Ese fue mi último juego con el jersey de México. Fue algo emocional, di todo lo que tuve para representar a un país. Nunca trabajé tan duro en la vida para hacer que alguien se sintiera orgulloso de nuestro equipo y de nuestro crecimiento. Quería esa medalla por muchas razones y siempre dije que no era sólo para mí, sino por una nación entera. Estoy tan orgullosa de ser mexicana y siempre lo estaré”, compartió Anissa.
En cuanto a la polémica de los uniformes, ella indicó: “Lo que voy a decir con respecto a que nuestros uniformes fueron tirados a la basura en la villa son mis propias palabras. Mis propios pensamientos. Mi propio corazón. Ustedes merecen escuchar la verdad y saber más. Estoy desconsolada por muchas razones”.
“Cada camiseta usada en los Juegos Olímpicos quedó empacada en mi maleta, fueron los primeros elementos en ser doblados. Ni una sola compañera de equipo dejó atrás el suyo. Dediqué seis años de mi vida al equipo de México y aprendí mucho en el tiempo que pasé como miembro del equipo nacional. Aprendí que, como país, México se enorgullece de lo que es y de lo que representa”.
“Asumo la responsabilidad de haber tirado algunas de las prendas Lining. Al mismo tiempo, se nos permitió sólo una maleta por jugadora, así que guardé lo que cabía y muchos recuerdos sentimentales. Guardé esos artículos debido a lo mucho que significan para mí como atleta mexicana compitiendo en Tokio”.
“Dejé algo de ropa, y me siento terrible. La forma en que dejamos la ropa estuvo mal ¿Debimos ponerlo en donaciones? ¿Debimos preguntar a nuestros líderes qué podríamos hacer con esas cosas? ¿Debimos habernos esforzado más? Sí a todas las anteriores. Nos apresuramos a hacer las maletas, nos fuimos y no pensamos en el impacto que tendría para nuestro país. Fue un error que no deja espacio para la justificación, pero les ruego escuchen lo arrepentida que estoy”.
Anissa fue una de las primeras jugadoras en dar la cara y contar qué paso con respecto a los uniformes. Asimismo, al término de la carta publicada en sus redes sociales, ella destaca que jugar en los Juegos Olímpicos para México fue el mayor honor de su vida, pues pudo tener a México en el pecho por los seis años que duró su participación.