Salud
Suiza
Gran polémica ha provocado la puesta en marcha de la cápsula para el suicidio instalada en Suiza. Mientras que algunos la consideran un método indoloro para quienes decidan terminar con su vida, otros más la critican por que podría incentivar a más personas a optar por el suicidio asistido.
Como sacado de un capítulo de Futurama, esta cápsula está permitida en Suiza, país donde la muerte asistida es legal. La intención de este dispositivo es ofrecer una muerte indolora y que se produce en pocos minutos.
De hecho, el creador de la cápsula, el activista australiano proeutanasia, Philip Nitschke, detalló que este dispositivo funciona cuando la persona presiona un botón para liberar el gas nitrógeno. Esto baja los niveles de oxígeno, provocando que la persona en su interior quede inconsciente en pocos minutos. “La persona no sufre de asfixia o angustia, pues fallece pro la carencia de oxígeno tras quedarse dormido”, dijo.
Recientemente, las autoridades policiacas de Suiza detuvieron a varias personas tras el primer uso de este dispositivo llamado “Sarco”. A través de un comunicado, la fiscalía informó que la cápsula se utilizó el pasado lunes por la tarde.
“La fiscalía del cantón de Schaffhausen abrió un proceso penal contra varias personas por incitación y asistencia al suicidio. Se detuvieron a varias personas”. Informaron.
De acuerdo con las autoridades locales, varias personas quedaron arrestadas por, supuestamente, estar involucradas en el primer uso del Sarco, el cual concluyó con la muerte de una persona por “asfixia por nitrógeno”. Los hechos ocurrieron en una zona forestal del cantón de Schaffhausen.
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Las autoridades explicaron que los detenidos incurrieron en la incitación y asistencia para el suicidio de una persona. Tras el deceso, la policía procedió con la confiscación de la cápsula y trasladó el cuerpo sin vida de la persona hacia las instalaciones del servicio forense para la necropsia de ley.
De acuerdo con los reportes iniciales, la primera persona en utilizar la cápsula del suicidio fue una mujer de 64 años, originaria de Estados Unidos. Ella padeció de diversos problemas de salud, vinculados a una inmunodeficiencia grave.
Antes de utilizar el Sarco, el usuario debe recostarse y responder una serie de preguntas para confirmar su intención y deseo de usar la cápsula. Posteriormente, debe oprimir un botón para liberar el nitrógeno, el cual reemplaza al oxígeno. Esto provoca la pérdida del conocimiento y, tras unos minutos, la muerte.
La organización “The Last Resort”, encargada de promocionar al Sarco, indicó que el proyecto estuvo financiado con donaciones privadas y que no pretenden ganar dinero con su uso. De hecho, para emplearla, la persona paga sólo 20 euros, que es lo que, afirman, únicamente pagaría el costo del nitrógeno utilizado en el proceso.
Tras su primer uso, dicha organización ya enfrenta problemas legales, pues algunas regiones, incluida la de Schaffhusen, advirtieron sobre acciones penales en caso de que se utilice la cápsula en esas regiones. Además, la titular del Ministerio de Salud de Suiza, Elisabeth Baume-Schneider, destacó el pasado lunes que el Sarco “no cumple con los criterios de seguridad de productos y no podía ser comercializada”. Además, agregó que el nitrógeno en una cápsula, “no es compatible con la ley sobre productos químicos”.