Copa del Mundo 2026
Fifa
Ante una avalancha sin precedentes de más de 20 millones de solicitudes de entradas en sólo días, la FIFA delineó una estrategia destinada a priorizar el acceso de los aficionados más comprometidos al mayor evento del deporte mundial: el Mundial 2026. El organismo rector del fútbol confirmó este martes la creación de una nueva categoría de boletos, denominada “grada básica”, reservada exclusivamente para los seguidores de las selecciones nacionales clasificadas, con un precio fijo de 60 dólares para todos los partidos, incluida la final.
La medida representa un intento tangible de equilibrar la economía de un megaevento comercial con la esencia cultural de un torneo que se nutre de la pasión de sus seguidores. Con la Copa Mundial 2026 expandiéndose a 48 equipos, el riesgo de que los seguidores tradicionales sean desplazados por un público corporativo o con mayor poder adquisitivo era una preocupación latente.
El mecanismo de distribución delegará una responsabilidad crucial en las federaciones miembro participantes. Cada federación nacional recibirá un paquete de entradas de esta categoría y será la encargada de definir sus propios criterios de asignación y proceso de solicitud, con el mandato explícito de favorecer a sus “aficionados más fieles”. En total, la FIFA estipuló que el 50 por ciento de la asignación total de entradas para cada federación deberá corresponder a las categorías más económicas: un 40 por ciento para “grada asequible” y un 10 por ciento para esta nueva “grada básica”.

Adicionalmente, en un gesto que reconoce la incertidumbre del torneo, la FIFA anunció que no cobrará tasas administrativas por las devoluciones en un caso específico: aquellos aficionados que soliciten entradas a través de su federación y cuyo equipo nacional quede eliminado en la fase de grupos.
El anuncio llega en el contexto de una demanda que superó todas las expectativas. Desde que se abrió el proceso de “selección aleatoria” el pasado 11 de diciembre, el sistema registró más de 20 millones de solicitudes. La publicación del calendario definitivo, con horarios y sedes específicas para los 104 partidos, intensificó aún más el interés global por el evento, que se extenderá del 11 de junio al 19 de julio de 2026.
El proceso de esta fase de sorteo aleatorio permanecerá abierto hasta el martes 13 de enero. La FIFA enfatiza que el momento de la solicitud dentro de ese plazo no afecta las probabilidades de éxito, en un intento por desincentivar las avalanchas de última hora y garantizar equidad.
En sus comunicados, la organización reiteró su estatus de entidad sin ánimo de lucro, comprometida a reinvertir los ingresos del Mundial en el desarrollo del fútbol en sus 211 federaciones afiliadas. Según su presupuesto para el ciclo 2023-2026, la FIFA planea destinar el 90 por ciento de sus inversiones a impulsar el crecimiento del deporte en todas sus variantes a nivel mundial.

La iniciativa, sin embargo, plantea interrogantes prácticos. La definición de “fan más fiel” quedará a discreción de cada federación, un proceso que podría variar enormemente en transparencia y equidad entre países. Además, con un precio de entrada fijo para la final –un partido donde la reventa en el mercado secundario podría alcanzar cifras astronómicas–, el desafío logístico para prevenir el fraude y el abuso será monumental.
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No obstante, el mensaje es claro: en un Mundial histórico por su escala, la FIFA busca, al menos sobre el papel, reservar un espacio en el estadio para el tipo de aficionado cuyo grito, más que su billetera, define la atmósfera única de la Copa del Mundo. El éxito de este experimento de accesibilidad se medirá, finalmente, en las gradas de los estadios de en el verano de 2026.