Estados Unidos
Sean "Diddy" Combs
Desde hace unos días, el nombre de Sean “Diddy” Combs atrajo los reflectores a nivel internacional. Y no se debe a que el cantante haya sacado una nueva producción discográfica, sino a las docenas de denuncias que pesan en su contra por diferentes delitos, entre los que destacan violencia doméstica, agresión sexual, trata de personas, y más.
La fiscalía norteamericana prepara un juicio contra el rapero, a quien señalan como un presunto cabecilla de una empresa criminal a través de la cual obligaban a diversas mujeres a sostener relaciones íntimas bajo amenazas o violencia.
Al intérprete de “I’ll be missing you” lo detuvieron las autoridades de Estados Unidos desde el pasado 16 de septiembre de 2024. Esto tras las acusaciones por delitos como tráfico sexual, asociación ilícita y transporte para ejercer la prostitución, hechos que habrían ocurrido durante las polémicas fiestas que ofrecía el cantante y a las que asistía una cantidad importantes de personalidades de la política y espectáculos.
Ahora, el panorama para “Diddy” Combs, de 54 años, parece oscurecerse más. Y es que como dicen, “le está lloviendo sobre mojado”, pues recientemente se sumaron aproximadamente 120 nuevas denuncias (de al menos 25 estados del país) en su contra por presunta agresión sexual. De entre éstas, alrededor de 25 corresponden a personas que eran menores de edad en las fechas que ocurrieron dichas agresiones.
“No dejaremos piedras sin mover hasta hallar a todas las partes potencialmente responsables”. Señaló el abogado, Tony Buzbee, quien está a cargo del caso.
El abogado también destacó que, el modus operandi durante estas fiestas era mantener alcoholizadas a las posibles víctimas, además de que, en la gran mayoría de los casos, las drogaban con algún tipo de sustancia. “Muchas de las víctimas ya hablaron con el FBI; sin embargo, temen por su seguridad personal”, agregó el abogado.
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Por ahora, las autoridades le negaron la libertad bajo fianza al cantante, por lo que se mantendrá recluido en una prisión federal. Mientras tanto, la fiscalía apunta a que el rapero norteamericano podría ser el líder de una empresa criminal que forzaba a diversas mujeres a tener relaciones sexuales bajo coacción. Y en caso de que se negaran a realizar dichos actos, las violentaban físicamente o amenazaban con arruinarles su reputación.