Claudia Sheinbaum
Donald Trump
Durante un evento en Carolina del Norte, el candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, resaltó que, de ganar los comicios de este martes, una de sus primeras acciones sería imponer aranceles del 25 por ciento a México, en caso de que el Gobierno de Claudia Sheinbaum no se alinee con su proyecto de nación.
Con tales declaraciones, el candidato republicano atrajo nuevamente la atención mediática y política. La propuesta, expuesta como una medida para frenar la inmigración y “reparar el sistema económico”, pretende imponer tarifas adicionales a las importaciones mexicanas. La reanimó la discusión sobre los impactos de estas políticas en una economía tan entrelazada como la de Estados Unidos y México, y ha generado tanto apoyo como críticas.
Donald Trump asegura que el aumento de aranceles es necesario para “recuperar el control” sobre la inmigración. Y que funcionará como incentivo para que México “tome más en serio” los compromisos sobre la seguridad fronteriza y la cooperación migratoria.
Durante su pasada administración al frente del Gobierno de Estados Unidos, Trump ya había experimentado con medidas económicas como forma de presión sobre el gobierno mexicano en el mismo sentido. Sin embargo, no había alcanzado un porcentaje tan alto como el que sugiere ahora. Para Trump, esta política no solo fortalecería el control en la frontera, sino que también incentivaría la reindustrialización de Estados Unidos.
México es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos. En 2023, el comercio bilateral alcanzó más de 780 mil millones de dólares, siendo México el segundo socio comercial de EE. UU. después de Canadá. Con aranceles de 25 por ciento, los productos mexicanos, especialmente en sectores como automotriz, agrícola y manufacturero, se encarecerían en el mercado estadounidense, afectando a empresas mexicanas y aumentando el costo de estos productos para los consumidores en Estados Unidos.
Para los consumidores estadounidenses, el alza en precios podría ser significativa. En sectores como la industria automotriz, donde las cadenas de suministro dependen en gran medida de componentes mexicanos, el encarecimiento de estos productos podría resultar en mayores costos de producción. Y, en última instancia, en precios más altos para los consumidores finales. Además, las pequeñas y medianas empresas estadounidenses, que importan gran cantidad de materiales de México, podrían ver comprometida su competitividad.
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México ha sido cauteloso en su respuesta, pero sectores del Gobierno señalaron que medidas de este tipo afectarían la estabilidad económica en la región. Desde el sector empresarial, líderes han advertido que los aranceles serían un golpe duro a la competitividad del tratado de libre comercio que involucra a Canadá, EE. UU. y México. Al mismo tiempo, expertos en economía internacional advierten sobre una posible respuesta de México, que podría responder con medidas arancelarias propias, desatando un conflicto comercial de consecuencias difíciles de prever.