Reuters.- Francia volverá a un confinamiento nacional a partir de esta semana para tratar de contener la epidemia de Covid-19 que nuevamente amenaza con salirse de control, informó este miércoles el presidente Emmanuel Macron.
Las nuevas medidas, anunciadas en un discurso y que entrarán en vigor el viernes, significan que las personas tendrán que permanecer en sus hogares excepto para comprar artículos esenciales, ir a una consulta médica o usar su asignación diaria de ejercicio de una hora.
Las personas aún podrán ir a trabajar si su empleador considera que les es imposible cumplir con sus tareas desde casa y, a diferencia del confinamiento de marzo, la mayoría de las escuelas permanecerán abiertas, dijo Macron.
“El virus está circulando a una velocidad que ni siquiera los pronósticos más pesimistas habían anticipado”, sostuvo Macron. “Como todos nuestros vecinos, estamos sumergidos por la repentina aceleración del virus”.
“Estamos todos en la misma posición: invadidos por una segunda ola que sabemos que será más dura, más mortal que la primera”, destacó.
Las nuevas medidas se hacen eco del bloqueo de ocho semanas que Francia impuso en la primavera boreal, cuando las hospitalizaciones y muertes causadas por la epidemia de Covid-19 alcanzaron un pico.
El confinamiento fue efectivo para contener la epidemia, pero la enfermedad comenzó a propagarse nuevamente después de que se relajó el 11 de mayo y la gente comenzó a congregarse otra vez en aulas, universidades, bares y restaurantes.
El número de muertos en Francia, que supera los 35,000, es el séptimo más alto del mundo, según datos de Reuters.
A principios de este mes, Macron anunció un toque de queda nocturno en París y otras grandes ciudades, pero funcionarios reconocieron esta semana que la medida había resultado insuficiente para reducir las tasas de infección, lo que requería una respuesta más drástica.
Alemania también anunció este miércoles planes para cerrar grandes sectores de la vida pública durante un mes.
La canciller alemana, Angela Merkel, dialogó con los líderes estatales a través de una videoconferencia y acordó un confinamiento parcial que provocará el cierre de bares, restaurantes, cines, instalaciones deportivas y ferias comerciales del 2 al 30 de noviembre.
“Noviembre será un mes de la verdad. El creciente del número de infecciones nos está obligando a tomar duras contramedidas para romper la segunda ola”, dijo el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, en Twitter después de la reunión.
Las personas deben reducir los contactos fuera de su hogar al “mínimo necesario” y se intensificarán las medidas policiales para hacer cumplir las reglas. Sin embargo, las escuelas y muchas empresas seguirán funcionando y las tiendas podrán permanecer abiertas con la condición de que establezcan límites estrictos de distanciamiento social.
Las medidas en Alemania y Francia, después de los pasos similares en Italia y España, serían menos severas que el confinamiento casi total impuesto al comienzo de la crisis en marzo y abril.
Pero a pesar de las promesas del gobierno de ayudar a las empresas afectadas por las nuevas medidas, es probable que el costo económico sea elevado, borrando los frágiles signos de recuperación observados durante el verano boreal y aumentando la perspectiva de una recesión más profunda.
Las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) mostraron el martes que Europa reportó 1.3 millones de casos nuevos en los últimos 7 días, casi la mitad de los 2.9 millones registrados a nivel mundial, con más de 11,700 muertes, un salto del 37% frente a la semana previa.