Narcotráfico
El recién extraditado a México, Osiel Cárdenas Guillén, exfundador de “Los Zetas” y exlíder del Cártel del Golfo, recibió su segundo auto de formal prisión, ahora por el presunto delito de homicidio calificado.
A través de un comunicado oficial, la Fiscalía General de la República (FGR), confirmó que se obtuvo un nuevo auto de formal prisión contra Osiel Cárdenas Guillén por el delito de homicidio calificado en contra de seis personas, quienes eran familiares de un testigo protegido del caso. El primer auto de formal prisión lo determinó un juez del Estado de México, desde el pasado lunes 23 de diciembre, por delitos relacionados con el crimen organizado.
“Cabe destacar que, Osiel [Cárdenas Guillén] perteneció a una organización criminal en la cual, presuntamente, ejercía liderazgo. Y realizaba alianzas con miembros de diversas bandas criminales; además de traficar drogas en el Puerto de Lázaro Cárdenas (en Michoacán), Guerrero, Tamaulipas y a nivel internacional”. Detalló la FGR.
Agregaron que, con los debidos datos probatorios argumentados por el Ministerio Público Federal, el Juzgado Séptimo de Distrito en Materia Penal en el Estado de Jalisco, dictó el auto de formal prisión referido por su probable responsabilidad en el ilícito previamente mencionado.
Osiel Cárdenas Guillén es una figura emblemática en la historia del narcotráfico mexicano. Nacido en 1967 en Matamoros, Tamaulipas, ascendió desde sus inicios como mecánico para convertirse en el líder del Cártel del Golfo, uno de los grupos criminales más poderosos en México durante las décadas de 1990 y 2000. Su brutalidad y astucia lo colocaron como una pieza clave en la evolución del crimen organizado en el país.
Cárdenas Guillén tomó el control del Cártel del Golfo tras asesinar a su amigo y mentor, Salvador Gómez Herrera, conocido como “El Chava”, en 1999, un hecho que le valió el apodo de “El Mata Amigos”. Bajo su liderazgo, el cártel se diversificó y expandió su influencia, no solo en el tráfico de drogas, sino también en extorsión, secuestro y tráfico de armas.
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Una de sus decisiones más trascendentales fue incorporar a Los Zetas, un grupo de élite formado por exmilitares, como su brazo armado. Estos sicarios altamente entrenados transformaron al Cártel del Golfo en una organización más violenta y efectiva, marcando el inicio de una nueva era de militarización en el narcotráfico mexicano.
En 2003, a Cárdenas Guillén lo capturó el Ejército Mexicano en Matamoros tras un enfrentamiento que puso fin a años de persecuciones. Lo recluyeron en el penal de máxima seguridad de La Palma, pero su poder no disminuyó. Desde prisión, siguió operando a través de su red de contactos, lo que obligó al gobierno mexicano a extraditarlo a Estados Unidos en 2007.
En territorio estadounidense, enfrentó múltiples cargos por tráfico de drogas, lavado de dinero y delincuencia organizada. Lo sentenciaron a 25 años de prisión, colaborando con las autoridades norteamericanas a cambio de beneficios. Sin embargo, el 16 de diciembre lo extraditaron a México, donde le esperan nuevos juicios por sus crímenes cometidos en territorio azteca.