CDMX
Crimen organizado
Estado de México
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México continúa con la investigación para resolver la muerte del empresario Iñigo Arenas Saiz, de 41 años. La cual ocurrió hace unos días al interior del centro nocturno «Black Royce», en Naucalpan de Juárez, Estado de México.
La fiscalía señaló que el empresario, salió del antro «República», en Polanco, para luego cenar «unos tacos». Y, posteriormente, movilizarse en transporte público, hacia el «Black Royce», lugar en donde era cliente frecuente. Por lo que ya era reconocido entre los empleados del centro nocturno.
Al llegar al Black Royce, Iñigo Arenas solicitó un espacio en el área VIP. Allí, según la narrativa de los empleados, se hizo acompañar de algunas de las hostess del lugar. Poco después, los trabajadores indicaron que el empresario «comenzó a sentirse mal». Por lo que, según ellos, se movilizó hacia la parte exterior del recinto, donde se desvaneció.
Los trabajadores del Black Royce señalaron que, previo a su ingreso, realizaron una inspección y no detectaron que Iñigo Arenas trajera sustancias prohibidas. Así como también indicaron que «era la primera ocasión en que se presentaba en un estado tan inconveniente».
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En seguimiento al caso, la fiscalía mexiquense detuvo a seis personas, quienes podrían estar relacionadas con la muerte del empresario. A raíz de las entrevistas, detallaron que a Iñigo lo llevaron a la planta baja (del Black Royce). Allí lo acompañaron cuatro empleadas del centro nocturno, identificadas como Aritzi Abril «N», Ana Karen «N», Cecilia Mariana «N» y Ana Karen «N».
Presuntamente, el empresario sólo consumió «agua mineral», mientras que las mujeres pidieron las bebidas de su preferencia. En ese momento, comentaron, las femeninas le habrían puesto un tipo de sustancia a la bebida de la víctima, presuntamente gotas para los ojos. La fiscalía investigó la composición de dicha sustancia, pues la consideraban parte importante de la investigación.
La línea de tiempo de los eventos continuó a las 04:59 horas de la madrugada. En ese momento, las mujeres, en compañía del capitán de meseros, Eduardo «N», y otro individuo, condujeron a la víctima a la planta alta, donde está la zona VIP. A dicho espacio llegó acompañado de los cuatro sospechosos (dos hombres y cuatro mujeres), quienes le cargaron la cuenta con cuatro botellas por un valor total de 40 mil pesos, a una tarjeta de crédito.
Tras pagar la cuenta, el empresario se quedó en la zona VIP con las cuatro mujeres por un tiempo aproximado de 40 minutos. Poco después, una de las hostess indicó al guardia de seguridad que el cliente «se sentía mal y se estaba poniendo morado». Así que trataron de reanimarlo vía RCP. Sin embargo, volvió a ponerse mal, por lo sacaron al cliente del lugar y lo llevaron a una banca junto a la salida de emergencia. Allí, finalmente, las autoridades encontraron su cuerpo sin vida.
Los detenidos quedaron a disposición de un juez de control del penal de Tlalnepantla, donde se resolverá su situación legal tras su probable participación en el delito de homicidio en contra de Iñigo Arenas.