Israel Vallarta
Israel Vallarta Cisneros, cuyo nombre se convirtió en símbolo de los abusos del sistema penal judicial de México, caminará libre por primera vez en 20 años. Recientemente, una jueza federal ordenó su liberación inmediata al concluir que no existían pruebas suficientes para vincularlo con los delitos que le imputó la Fiscalía General de la República (FGR): secuestro, delincuencia organizada y posesión de armas exclusivas del Ejército.
La decisión, emitida por la jueza Mariana Vieyra Valdés del Juzgado Tercero de Distrito en Toluca, marca el epílogo de un caso manchado por torturas, montajes mediáticos y el uso prolongado de la prisión preventiva como castigo anticipado. Vallarta, ahora de 52 años, pasó casi dos décadas en el penal del Altiplano sin una sentencia firme, un periodo que organismos internacionales calificaron como “una grave violación a los derechos humanos”.
La detención de Vallarta, ocurrida el 8 de diciembre de 2005 —junto a la francesa Florence Cassez— se presentó como un “operativo en vivo” por la televisora mexicana, Televisa, en una escenificación orquestada por la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI), entonces dirigida por Genaro García Luna, hoy encarcelado en Estados Unidos por narcotráfico y corrupción. Años después, se demostró que la captura fue un montaje.
Mientras a Cassez la liberaron en 2013 por una orden de la Suprema Corte, Vallarta permaneció tras las rejas. Su defensa, liderada por su pareja Mary Sainz y el Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP), documentó torturas mediante el Protocolo de Estambul, incluidos golpes, asfixia y descargas eléctricas para forzar una confesión.
El caso revela grietas profundas en la justicia mexicana:
Durante la conferencia matutina de este viernes 1 de agosto, a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, la cuestionaron sobre si habrá un tipo de reparación de daño por los casi 20 años que Vallarta Cisneros estuvo preso.
“Él [Israel Vallarta] lo tendría que pedir, a partir de un juicio. Hay una Ley, que es la Ley que protege a las víctimas. Y es muy clara la Ley en el sentido de cuándo debe haber un resarcimiento, sea por parte del Estado o de un particular. En este caso tendría que venir un juicio por parte de él, tendría que ser reconocido como víctima, desde incluso los propios procedimientos legales. Y, partir de ahí, que viniera un resarcimiento del daño. Hasta ahora entendemos que no hay un proceso”. Comentó Claudia Sheinbaum.
La mandataria mexicana resaltó cómo ocurrió la detención. “No se nos puede olvidar cómo fue la detención y el montaje televisivo conducido por Loret de Mola, de lo que después fue reconocido como un montaje. ¿Y de quién fue el montaje? Pues de García Luna, hoy preso en Estados Unidos por narcotraficante”.
Además, mencionó el libro de Jorge Volpi, que habla sobre el caso de Florence Cassez, bajo el título “Una novela criminal”. “[El libro] tiene que ver con investigaciones del caso y cómo, en aquella época estaba vinculada la Secretaría de Seguridad Pública, con García Luna, en estos secuestros que se dieron en aquella época”, añadió.
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Para Vallarta, la libertad llega con secuelas: su salud se deterioró por artrosis, hipertensión y lesiones vertebrales, agravadas por las condiciones carcelarias. Su defensa evalúa demandar al Estado por daños morales y económicos.