Los “tiempos fiscales” para radio y televisión fueron una medida implementada por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz en 1969 para que los medios de comunicación pagarán impuestos en especie, sin embargo la medida sufrió cambios con el paso del tiempo.
Ante el difícil panorama económico que se avecina por la emergencia sanitaria del coronavirus, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció hoy la devolución de estos tiempos fiscales, también conocidos como tiempos oficiales, para que las empresas de radio y televisión puedan comercializarlos.
“La industria de la radio y la televisión está pasando por un mal momento, por que han bajado sus ingresos en general. No podemos darles dinero para publicidad como era antes, se ha reducido considerablemente y se va a reducir aún más el gasto de publicidad”, indicó el mandatario en su conferencia matutina.
El gobierno federal no necesita de publicidad oficial, puesto que mantiene una comunicación permanente con el pueblo, aseguró el primer mandatario.
En los inicios de los tiempos fiscales, éstos estaban fundamentados en un gravamen de 25% de los ingresos facturados de las empresas concesionarias, el cual sería cubierto con el 12.5% de tiempo diario de transmisión para uso del presidente, de acuerdo con el texto “Los tiempos oficiales y su normatividad”, de Irene Emilia Trejo Hernández, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Sin embargo, en 2002 durante el mandato de Vicente Fox Quesada se modificó dicho acuerdo, por lo que hubo un reajuste en los tiempos de transmisión: en adelante serían sólo 18 minutos diarios de transmisión en televisión y 35 minutos en radio.
La devolución de los tiempos oficiales a los concesionarios sería poco útil para el negocio de los medios de comunicación, puesto que la gente cada vez busca menos la televisión abierta a fin de evitar comerciales.
Ante el crecimiento de plataformas digitales de streaming, las televisoras y radiodifusoras deberían hacer su contenido más atractivo, consideró José Antonio Zavaleta Landa, especialista en el tema.
En cambio, el gobierno federal debería de impulsar sus medios públicos en el sentido económico, para utilizar dichos espacios para los fines democráticos que necesita el país, agregó el catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Asimismo, ante la poca credibilidad que mantienen los medios de comunicación tradicionales, estos deberían experimentar con otros formatos para su contenido, puesto que hay el mismo tipo de programas en horarios similares, sentenció.
“No abona en nada a la creatividad y el espacio de ocio de las personas, lo que llega a pasar es que la gente cae en el aburrimiento y a encontrar las mismas cosas en los mismos lados”, subrayó.