Crimen Organizado
Extorsión
Secuestro
Veracruz
En una revelación escalofriante que reavivó la indignación por la violencia del crimen organizado en México, la Fiscalía General del Estado de Veracruz confirmó que la maestra jubilada y taxista, Irma Hernández Cruz, secuestrada por un grupo criminal, murió a causa de torturas tras no pagar el monto de la extorsión. El caso, que inicialmente la gobernadora del estado, Rocío Nahle, atribuyó a un “infarto”, expuso tanto la brutalidad de las redes criminales como las tensiones en el manejo de la investigación por parte de las autoridades locales.
A Irma Hernández Cruz, de 62 años, la secuestraron el 18 de julio en la calle Sor Juana Inés de la Cruz, en Álamo Temapache, por sujetos encapuchados con equipo táctico. Un video difundido en redes sociales la mostró rodeada de hombres armados, quienes, presuntamente, pertenecían la “Mafia veracruzana” a una célula del crimen organizado que cobra derecho de piso. Tras negarse a pagar la extorsión, la mantuvieron cautiva durante días antes de que su cuerpo fuera recuperado.
El equipo forense de la fiscalía estatal determinó que la víctima murió por “agresiones, tortura y violencia sostenida”, contradiciendo la versión inicial de la gobernadora Rocío Nahle, quien, el 28 de julio, atribuyó el deceso a un “infarto” durante una conferencia de prensa. Nahle presentó a José Eduardo Márquez Nava —un médico cuyas credenciales forenses quedaron posteriormente cuestionadas— como perito avalando dicha conclusión.
Cuatro sospechosos —identificados solo como Jeana Paola “N”, Octavio “N”, Víctor Manuel “N” y José Eduardo “N”— están imputados por secuestro agravado y permanecen en prisión preventiva. La fiscal, Verónica Hernández Giadáns, confirmó que Hernández Cruz murió debido a la tortura. Así como anunció más detenciones en el norte de Veracruz vinculadas al caso; pero enfatizó que la investigación sigue activa para localizar cómplices.
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La fiscal indicó que, la imputación en contra de los ahora detenidos consideró que el secuestro se realizó de manera violenta. Tales actos brutales, seguidos de violencia y tortura durante su privación ilegal de la libertad, alteraron la salud de la víctima, derivando en su muerte.