China
Coronavirus
A pesar de que varias ciudades en el mundo han declarado el fin de las restricciones sanitarias por COVID-19, la pandemia aún no termina, tal como se ve en China. Desde hace unos días, el país asiático enfrenta su segunda ola de contagios más grande desde el inicio de la pandemia, por que el gobierno ha decidido tomar medidas para controlar la dispersión del virus entre sus habitantes.
Luego de los rebrotes en Hong Kong, las autoridades sanitarias de Shenzhen anunciaron este domingo el nuevo confinamiento. Esto como medida de precaución para evitar que el virus se extienda por dicho territorio. Se estima que, en Shenzhen, por lo menos se tienen confinadas a 17 millones de personas desde este lunes.
“Ocurrieron muchos brotes pequeños en barrios y fábricas, lo cual sugiere que hay un alto riesgo de propagación entre la población. Y que todavía es necesario aplicar más medidas de precaución”. Informó Huang Qiang, gobernador de la provincia Sichuan.
El nuevo confinamiento también aplicó para las fábricas como Unimicron Technology Corp, Sunflex Technology Co Ltd, Huawei, Tencent, Foxconn, entre otras. Siendo esta última una de las más afectadas y que pone en alerta a diversas empresas del mundo.
Recordemos que Foxconn es la responsable de la producción del iPhone de Apple. Así como también de numerosas partes necesarias para la fabricación de automóviles de marcas como Toyota y Volkswagen. Por lo que dichas empresas han pausado parte de sus operaciones por lo menos hasta mediados de la semana.
Por su parte Foxconn, a través de un comunicado, informó que suspendería (hasta nuevo aviso) sus operaciones en la planta de Shenzhen. No obstante, la fábrica detalló que movería su producción a otras regiones para evitar que sus actividades se detengan notablemente ante las recientes restricciones sanitarias del país.
Otro de los sitios importantes en la economía china es el centro tecnológico de Shenzhen, ubicado al sur de China. En dicha zona se han incrementado notablemente las pruebas para detectar COVID-19 en los trabajadores e incluso han suspendido las actividades de las escuelas. Así como también se ha optado por volver al teletrabajo e incluso han invitado a las personas a no viajar en transporte público.
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Desde hace un par de años, China tiene una política de tolerancia cero ante los contagios por COVID-19. Por lo tanto, sus medidas restrictivas han logrado que sus números de nuevos casos sean bajos a comparación de otras naciones. Al detectar algún brote, China confina las zonas afectadas de inmediato para evitar la propagación. Además, aplican pruebas constantes para detectar el virus y mantienen el seguimiento de los contagios a través de una aplicación digital.
Este lunes, en todo China se reportaron aproximadamente dos mil 300 nuevos contagios, mientras que el domingo fueron tres mil 400 casos. Podrían parecer un brote menor, sin embargo, la política de tolerancia cero de China opta por la inmediata y total contención del virus para evitar que se extienda por más regiones de su territorio.
Esta política contra COVID-19 es tan firme que incluso algunos funcionarios del gobierno chino fueron destituidos por su mal manejo de la situación derivada de la pandemia por coronavirus. Sin embargo, ahora China enfrenta a la variante Ómicron, que es más contagiosa que Delta, por lo que el gobierno ha pisado el acelerador en su estrategia de vacunación.
Hasta el pasado 10 de marzo, se tiene registro de que China ha aplicado tres mil 180 millones 60 mil dosis contra Covid-19. Y hasta el 25 de febrero se tenía un avance del 87 % de vacunación en su población, con mil 234 millones 540 mil personas con cuadro completo contra SARS-CoV-2.