El riesgo mayor para la economía de México en este momento es “la situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex), que puede requerir un mayor alivio de sus obligaciones tributarias y de transferencias de presupuesto”, advirtió el Banco Mundial.
En el diagnóstico que hicieron para México, incluido en el “Informe Semestral para América Latina y el Caribe”, titulado “el costo de mantenerse sano”, los economistas del Banco Mundial sostuvieron que “al ampliarse la brecha negativa de producción (de crudo), los amortiguadores fiscales se erosionan y crecen las presiones al gasto”.
En el informe, cuyo lanzamiento estuvo a cargo del economista en jefe para América Latina y el Caribe, Martín Rama, reconocieron que “este espacio (fiscal) debería venir de una reforma fiscal”.
Durante la presentación del Informe, que marca el inicio de la participación del organismo en las Reuniones Anuales que sostendrá esta semana junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el economista en jefe para la región matizó que “no se debe aumentar impuestos cuando se necesita crear empleos”.
Reconoció que la erosión de los recursos públicos es generalizada en las arcas de la región y consideró relevante buscar una reconciliación que permita “mirar con cuidado las estrategias de gasto del Estado, reducir donde no es prioritario”, y solicitar más de apoyo a la población para no seguir mucho tiempo con los niveles de déficit.
En el diagnóstico que hicieron para México sostuvieron que “se espera que continúe la adherencia a una postura fiscal estricta a pesar del deterioro en la recaudación de ingresos”, como la establecido el propio Servicio de Administración Tributaria.
En el documento, ajustaron su pronóstico de caída para el PIB a una contracción de 10% durante el 2020, una caída que es mucho más aguda de la que tenían en el primer semestre, que estaba en -7.5% y contrasta en profundidad con la actualizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que apenas el miércoles pasado la ajustó para dejarla en 9 por ciento. Y es menos profunda de la revisada por la OCDE en septiembre, que estimó un desplome de 10.3 por ciento.
Esta contracción de la economía “ha traído ya aumentos significativos en la pobreza y desempleo”.
Los especialistas dieron un diagnóstico mixto para la economía de México, que debe encontrar alguna forma de reconciliación.
Al respecto, menciona que “la Inversión Extranjera Directa (IED) desacelerará significativamente pese a que la ratificación del Tratado México-Estados Unidos y Canadá (T-MEC) debería aliviar algunas incertidumbres que la limitaron; ( y la) disminución de exportaciones se verá mitigada por la compresión de las importaciones y la resistencia de las remesas”.
La previsión ajustada sobre la caída del PIB de México para este año es mucho más aguda de la que tenían en el primer semestre, que estaba en -7.5% y contrasta en profundidad con la actualizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que apenas el miércoles pasado la ajustó para dejarla en 9 por ciento.
Con base en la nueva revisión para México, los economistas del BM advirtieron que le puede llevar “más de tres años al país alcanzar el nivel del Producto pre pandémico si no se elimina la incertidumbre política respecto a la inversión privada, incluido el sector energético”.
El Fondo Monetario Internacional recomendó a México enfocarse en fortalecer la producción petrolera sólo en campos rentables y “posponer los planes de la nueva refinería” de Dos Bocas.
“Dadas las pérdidas (de Pemex) cada vez mayores, es aconsejable enfocar la producción sólo en campos rentables, vender activos no esenciales, frenar los planes para aumentar la producción de refinación que están causando pérdidas y posponer los planes de la nueva refinería hasta que sea rentable realizarla”.
Así lo consignó en la revisión del Capítulo IV que presentó hace unas semanas.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, mencionó que la caída del Producto Interno Bruto de México será de 9 por ciento.
Advirtió que no es momento de austeridad, por lo que hizo hincapié en que las inversiones que se anunciaron el 5 de octubre por parte del gobierno federal y el sector privado son temas de importancia para el país, ya que representarán 1.2% del PIB.
“Las secuelas y los efectos del Covid-19 a mediano plazo van a ser mayores a lo que se pensaba; es decir, va a durar más de lo que se pensaba; va haber efectos en el crecimiento, en el desempleo, en la desigualdad y en la pobreza, que van a ser más largos de lo esperado”.
El pronóstico del PIB, proyectado por la OCDE, será resultado de la persistente pandemia del Covid-19 en el país, su impacto en las medidas de distanciamiento social, la destrucción del empleo, el aumento de la informalidad y el evidente incremento de la pobreza en el país.
En el capítulo para México, lo identifican entre los países, que por tener pasivos contingentes y una base impositiva baja, tienen un corto margen de maniobra fiscal para respaldar al crecimiento.
Y ese mismo breve espacio fiscal, limita la posibilidad del gobierno para apoyar a los grupos vulnerables.