Claudia Sheinbaum
Nicolás Maduro
La continuidad en el poder para Nicolás Maduro en Venezuela estuvo llena de irregularidades. No obstante, el próximo viernes 10 de enero de 2025 se llevará a cabo la toma de protesta de Maduro, quien lleva en el poder de Venezuela desde marzo de 2013.
Hasta hace poco, México no se había pronunciado sobre la “victoria” de Nicolás Maduro en las urnas, a pesar de que múltiples naciones no reconocieron el triunfo del político venezolano, de 62 años. Ahora, Claudia Sheinbaum, presidente de México, confirmó que no asistirá a la investidura de Maduro, aunque sí enviará a un representante mexicano en su nombre. Con lo anterior, México avala la continuidad de Nicolás Maduro al frente del Gobierno venezolano.
Nicolás Maduro, nació el 23 de noviembre de 1962 en Caracas, Venezuela. Es una figura central en la política latinoamericana contemporánea. Sindicalista de origen, se inició en la vida política como conductor de autobuses y militante de izquierda. Fue uno de los fundadores del Movimiento V República (MVR), el partido que impulsó la carrera política de Hugo Chávez. Durante el gobierno de Chávez, Maduro desempeñó varios roles clave, incluyendo el de canciller entre 2006 y 2013, etapa en la que consolidó alianzas con países como Rusia, Irán y China.
Tras la muerte de Chávez en 2013, Maduro fue designado como su sucesor político y ganó las elecciones presidenciales de ese mismo año. Desde entonces, ha enfrentado una serie de crisis, incluyendo una hiperinflación sin precedentes, sanciones internacionales lideradas por Estados Unidos, y una profunda división política interna. Maduro se ha presentado como un defensor del legado de la “Revolución Bolivariana”, en medio de acusaciones de autoritarismo y violaciones a los derechos humanos.
En las elecciones presidenciales más recientes, celebradas en noviembre de 2024, Maduro obtuvo una victoria contundente con el 62 por ciento de los votos, según cifras del Consejo Nacional Electoral (CNE). Estas elecciones fueron marcadas por el boicot de buena parte de la oposición, que denunció falta de transparencia en el proceso. Sin embargo, también hubo participación de algunos sectores opositores moderados, lo que dio cierto grado de legitimidad al evento.
La reelección de Maduro generó reacciones diversas en la comunidad internacional. Gobiernos como los de Rusia, China y Turquía felicitaron al mandatario y reafirmaron su disposición a colaborar con su administración, destacando su “compromiso con la soberanía nacional”. Por otro lado, Estados Unidos, la Unión Europea y varios países latinoamericanos como Colombia y Brasil rechazaron los resultados, alegando irregularidades y falta de condiciones democráticas. La Organización de Estados Americanos (OEA) emitió un comunicado en el que calificó las elecciones como “un simulacro” y urgía a una transición democrática.
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Pese a las críticas internacionales, Maduro se muestra firme en su posición, afirmando que su victoria representa un rechazo al intervencionismo extranjero y un respaldo al modelo socialista que defiende. Su gobierno ahora enfrenta el reto de mantener la estabilidad en un país profundamente polarizado y en una situación económica precaria, mientras busca fortalecer sus alianzas internacionales para contrarrestar el aislamiento diplomático.