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Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos, señaló el pasado domingo que, tanto México, como Canadá, “no están cumpliendo con las expectativas para evitar la imposición de aranceles del 25 por ciento a sus productos”. Lo anterior a pesar de que los acuerdos recientes pospusieron la medida hasta el próximo 4 de marzo. En una entrevista, el mandatario estadounidense reconoció que ambos países tomaron acciones tras las amenazas de aranceles; pero, insistió, los esfuerzos son insuficientes.
“No, no es lo suficientemente bueno. Algo tiene que pasar en los próximos 30 días. La situación actual no es sostenible, y voy a cambiarla”. Externó Trump.
El presidente de Estados Unidos también criticó los déficits comerciales de su país con México y Canadá, indicando que Estados Unidos “no puede permitir que otras naciones se aprovechen de su economía”.
“No somos tan ricos en este momento. Debemos 36 billones de dólares porque permitimos que otras naciones se beneficien a nuestra costa. Con Canadá, tenemos un déficit de 200 mil millones de dólares, y con México, de 350 mil millones. No voy a permitir que esto prosiga”. Dijo.
Recientemente, Donald Trump anunció la imposición de aranceles universales del 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio. Y, además, adelantó que en los próximos días se implementarán aranceles recíprocos contra otros socios comerciales. Estas medidas forman parte de su estrategia para proteger la economía estadounidense y reducir los déficits comerciales.
El 3 de febrero, los gobiernos de México y Canadá llegaron a un acuerdo con Estados Unidos para posponer los aranceles durante 30 días, a cambio de acciones concretas para combatir el tráfico de drogas y la migración ilegal. Como parte de este acuerdo, la presidente de México, Claudia Sheinbaum Pardo, comprometió el despliegue de 10 mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera común. Dicha medida ya comenzó a implementarse en estados como Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
Por su parte, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, acordó enviar otros 10 mil efectivos militares a su frontera con EE. UU. Así como también acordó declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Lo anterior permitirá una colaboración más estrecha con Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado, el lavado de dinero y el tráfico de fentanilo.
Aunque Trump expresó que tiene una buena relación con la presidente Sheinbaum y que le “agrada mucho”, subrayó que su prioridad es proteger a Estados Unidos. “Es mi deber impedir que el fentanilo siga entrando a nuestro país, me guste o no alguien. También debemos detener la entrada de inmigrantes ilegales”, afirmó.
A través de un comunicado, la Casa Blanca reconoció que México tomó “medidas inmediatas” para abordar la crisis migratoria y el tráfico de drogas. No obstante, advirtió que se necesita “más tiempo para evaluar si estas acciones son suficientes”. El documento también señala que, si la situación en la frontera empeora, o si México no toma medidas adicionales, el presidente Donald Trump implementará los aranceles descritos en la Orden Ejecutiva del 1 de febrero de 2025. Es decir, 25 por ciento a las exportaciones de México a Estados Unidos.
Las declaraciones de Trump reflejan las tensiones comerciales que han marcado su administración, especialmente con México y Canadá, socios clave en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Aunque Trump elogió la relación con ambos países, mantiene una postura firme en la defensa de los intereses económicos de su país.
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Por su parte, las autoridades mexicanas y canadienses continúan trabajando para cumplir con los compromisos adquiridos y evitar la imposición de aranceles, que podrían tener un impacto significativo en sus economías. Sin embargo, las advertencias de Trump dejan en claro que el margen de maniobra es limitado y que las acciones concretas serán determinantes en las próximas semanas.
Este escenario subraya los desafíos que enfrentan las relaciones trilaterales en un contexto de creciente presión comercial y política, donde la cooperación y el diálogo serán clave para evitar una escalada de tensiones.