Aranceles
Estados Unidos
Tal como se venía anunciando desde hace días, ya es oficial, el presidente de Estados Unidos, Danald Trump, impuso aranceles del 25 por ciento a toda importación de acero y aluminio. Esta medida también incluye a países aliados y socios comerciales, como México y Canadá, con quienes EE. UU. tiene firmado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC). La medida, que entró en vigor por la noche del 11 de marzo, pretende proteger a los productores estadounidenses; sin embargo, ya generó preocupaciones sobre su impacto en la economía global y las relaciones comerciales.
En una declaración, la Casa Blanca afirmó que los aranceles se aplicarán a todos los socios comerciales sin excepciones. Lo cual marca un cambio significativo respecto a las exenciones temporales otorgadas en 2018. “El presidente Trump cumple su promesa de fortalecer la industria estadounidense y crear empleos en las fábricas nacionales”, indicaron.
Canadá, el mayor proveedor extranjero de acero y aluminio a Estados Unidos, será uno de los países más afectados. De acuerdo con datos de la consultora EY-Parthenon, Canadá suministra a EE. UU. el 50 por ciento de las importaciones de aluminio y el 20 por ciento de las de acero. Otros países que enfrentarán consecuencias significativas son Brasil, Corea del Sur, México y Alemania.
De acuerdo con analistas económicos, la medida arancelaria impuesta por Donald Trump podría no sólo afectar a los productores extranjeros; sino que también a las cadenas de suministro a nivel global. Además, con ello, los compradores estadounidenses deberán ajustar sus estrategias de abastecimiento, lo cual podría derivar en interrupciones en industrias clave como la automotriz, la aeronáutica y la petroquímica.
La decisión de Trump tuvo se recibió con escepticismo y preocupación por parte de los socios comerciales de Estados Unidos. México y Canadá, que actualmente negocian la implementación del T-MEC, expresaron su descontento con la medida. Fuentes gubernamentales mexicanas confirmaron que la administración estadounidense no consideró exenciones para el país, a pesar de las conversaciones en curso.
Por su parte, Donald Trump defendió su postura ante los aranceles como “una herramienta para revitalizar la industria manufacturera estadounidense y crear empleos”. Durante un discurso ante la Mesa Redonda Empresarial, el presidente aseveró que las medidas ya están impulsando a las empresas a invertir en fábricas locales.
No obstante, los críticos argumentan que los aranceles podrían tener un efecto contrario, aumentando los costos para los fabricantes estadounidenses y generando incertidumbre en los mercados. En las últimas semanas, el índice bursátil S&P 500 cayó un ocho por ciento debido a los temores de una desaceleración económica global.
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La imposición de aranceles a los metales forma parte de una estrategia más amplia de la administración de Trump para redefinir las relaciones comerciales globales. Además de los aranceles al acero y aluminio, el mandatario estadounidense impuso tasas adicionales a productos de China y planea extender medidas similares a la Unión Europea, Brasil y Corea del Sur a partir del próximo 2 de abril.