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George Foreman
George Foreman, el campeón de los pesos pesados cuyos puños demoledores lo convirtieron en una de las figuras más perdurables del boxeo, falleció el recientemente a los 76 años. Su familia confirmó su muerte, pero no reveló la causa.
La carrera de Foreman abarcó diferentes épocas, desde su medalla de oro olímpica en 1968 hasta su histórico nocaut a Michael Moorer en 1994. Dicha victoria lo convirtió, a los 45 años, en el campeón más veterano de la historia de los pesados. Entre esos hitos hubo una vida de violencia, reinvención y, finalmente, redención.
Apodado “Big George”, Foreman se posicionó como uno de los boxeadores más temidos que haya visto el boxeo. De sus 76 victorias profesionales, 68 llegaron por nocaut, lo cual es una muestra del poder que dejó tendidos a rivales como Joe Frazier, a quien destrozó en dos asaltos para alzarse con su primer título mundial en 1973.
Pero fue su “Rumble in the Jungle” contra Muhammad Ali, en Zaire (1974), lo que lo inmortalizó. Foreman, entonces invicto y aparentemente invencible, fue superado por la estrategia del “rope-a-dope” de Ali, desplomándose en el octavo asalto ante una enorme audiencia. La pelea, inmortalizada en el documental ganador del Óscar When We Were Kings, se convirtió en un momento clave para ambos: el genio de Ali, la vulnerabilidad de Foreman.
A través de la cuenta oficial de Instagram de George Foreman, los familiares del boxeador confirmaron su muerte. “Nos sentimos destrozados. Con profundo pesar, anunciamos el fallecimiento de nuestro querido George Edward Foreman Sr., quien falleció en paz el 21 de marzo de 2025 rodeado de sus seres queridos”, dijeron. Predicador devoto, esposo devoto, padre amoroso y bisabuelo orgulloso, vivió una vida marcada por una fe inquebrantable, humildad y propósito.
“Humanitario, olímpico y dos veces campeón mundial de peso pesado, [George Foreman] fue profundamente respetado: una fuerza para el bien, un hombre de disciplina y convicción, y un protector de su legado, que luchó incansablemente por preservar su buen nombre para su familia. Agradecemos las muestras de cariño y las oraciones, y les pedimos que nos respeten en privado mientras honramos la extraordinaria vida de un hombre que tuvimos la bendición de llamar nuestro”, indicaron.
Tras una epifanía espiritual, luego de presentar un problema de salud en 1977, Foreman colgó los guantes para convertirse en pastor. Sin embargo, las dificultades económicas, incluido el desfalco de los fondos de su centro juvenil, le hicieron regresar al ring a los 38 años, más lento, con kilos de más; pero con un nuevo propósito.
Su segunda carrera desafió la lógica. En 1994, una década después de su primer retiro, derribó a Moorer con un derechazo, recuperando la corona de los pesados 20 años después de perderla ante Ali. El golpe no fue sólo un nocaut: fue un desafío al paso del tiempo.
La vida de Foreman fuera del ring fue igualmente extraordinaria. Sus parrillas lo convirtieron en multimillonario, mientras que su carisma autocrítico lo hizo un ícono pop. Pero nunca olvidó sus raíces, usando su plataforma para predicar la resiliencia.
“La redención no es sobre nunca caer”, dijo en 2023, reflexionando sobre la película Big George Foreman. “Es sobre levantarse, escupir en los guantes y decir: ‘Tengo otro asalto más’. Esta historia no es sólo mía, es para cualquiera que haya sido dado por perdido”.
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Su récord final (76-5, 68 KOs) apenas insinúa su impacto. Fue campeón en dos eras, empresario, predicador y prueba de que las segundas oportunidades no sólo son posibles, sino que también pueden ser legendarias.