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El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más comunes. A nivel global, se estima que afecta alrededor del 5-7 por ciento de los niños y adolescentes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y persiste en aproximadamente el 2-5 por ciento de los adultos.
En México, estudios sugieren una prevalencia del 5-8 por ciento en niños, con mayor diagnóstico en varones. Sin embargo, se estima que solo una minoría recibe diagnóstico y tratamiento adecuado, debido a falta de acceso a servicios de salud mental y estigmas sociales. En adultos, el TDAH está poco diagnosticado, aunque se calcula que podría afectar al 3-4 por ciento de la población.
A nivel mundial, países como EE. UU. reportan tasas similares (alrededor del nueve por ciento en niños). Mientras que en Europa la prevalencia ronda el cinco por ciento. La variación en cifras se debe a diferencias en métodos diagnósticos y acceso a atención médica. El TDAH representa un desafío importante en salud pública, tanto en México como en el mundo, por su impacto en el rendimiento académico, laboral y la calidad de vida.
Ante ello, y en el marco del Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, que se conmemoró este 13 de julio, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), destacó la importancia de difundir las características de esta condición “para erradicar estigmas y fomentar la detección oportuna”.
Sobre ello, Sharon Venecia Núñez Pichardo, especialista en psiquiatría, adscrita al Servicio de Paidopsiquiatría del Centro Médico Nacional (CMN) “20 de Noviembre”, señaló que, aunque el TDAH es frecuente, aún persisten los mitos y estigmas a su alrededor. Por lo que consideró fundamental su visibilización.
“No se trata de una mala conducta ni de un ‘problema de disciplina’; sino de un trastorno con base biológica relacionado con alteraciones en la autorregulación cerebral. Conmemorar el Día del TDAH nos permite visibilizar el trastorno, promover la conciencia social, fomentar la detección oportuna y reforzar el acceso a tratamientos eficaces. Además de brindar psicoeducación y apoyo a familias, docentes y profesionales de salud para mejorar la calidad de vida de quienes viven con TDAH”, explicó.
Núñez Pichardo, quien también es residente de la subespecialidad en Psiquiatría Infantil y del Adolescente, indicó que el TDAH “es un trastorno del neurodesarrollo que inicia en la infancia y se relaciona con alteraciones en los niveles de dopamina y noradrenalina”. Lo cual, añadió, “se refleja en comportamientos impulsivos, hiperactividad e inatención que interfieren con el desarrollo y desempeño cotidiano del paciente”.
“El TDAH puede impactar principalmente en el rendimiento académico, relaciones interpersonales, autoestima y regulación emocional. Esto puede generar rechazo social, castigos injustos o frustración constante. Si no se interviene adecuadamente, estos síntomas pueden persistir en la adolescencia y la adultez. Y asociarse con mayor riesgo de presentar otros trastornos psiquiátricos como ansiedad o depresión”, afirmó.
La especialista resaltó que en unidades del ISSSTE, como el CMN “20 de Noviembre”, se otorga, a los derechohabientes, atención integral mediante especialidades como paidopsiquiatría, neurología pediátrica, psicología infantil y trabajo social, cuyos profesionales realizan diagnósticos oportunos, intervención psicoterapéutica familiar y escolar. Así como tratamientos farmacológicos en casos determinados, para lo cual se considera la edad, severidad de los síntomas y contexto de la niña, niño o adolescente.
Por último, Sharon Venecia compartió que, con un tratamiento adecuado, los pacientes con TDAH tienen acceso a una vida plena. Pr lo que instó a las familias a combatir el estigma, brindar acompañamiento y apoyar activamente a los niños que lo necesitan.
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“El TDAH no es una sentencia ni una etiqueta negativa. Como profesionales de la salud mental infantil, es nuestra responsabilidad ofrecer intervenciones basadas en evidencia, acompañar a las familias y combatir el estigma. Invito a padres, docentes y cuidadores a informarse, sensibilizarse y ser parte activa del apoyo que estos niños necesitan”, concluyó.