Hollywood
Robert Redford
Robert Redford, el carismático actor que se convirtió en uno de los últimos íconos del Hollywood dorado y que luego utilizó su inmensa influencia para nutrir y defender el cine independiente como fundador del Festival Sundance, falleció este martes 16 de septiembre, a los 89 años, al interior de s hogar, en Utah. Su publicista, Cindi Berger, confirmó la muerte del cineasta e indicó se produjo mientras dormía, rodeado de su familia.
Más que una estrella de cine, Robert Redford fue una fuerza cultural. Durante más de seis décadas, encarnó una contradicción profundamente americana: la del individuo apuesto y al mismo tiempo introspectivo, el rebelde con causa que operaba tanto dentro del sistema de estudios como desde fuera, desafiándolo. Su carrera mantuvo un delicado equilibrio entre el intérprete de blockbusters de sonrisa perfecta y el artista serio, comprometido con proyectos de peso político y social.
Nacido en Santa Mónica, California, en 1936, Charles Robert Redford Jr. halló su camino a la actuación tras abandonar sus estudios de arte en Europa y en la Universidad de Colorado. Su debut en Broadway en 1959 fue el primer paso de una ascensión meteórica. El cine lo descubrió en los años 60; pero su papel como el forajido Sundance Kid, junto con Paul Newman en Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969), lo catapultó al firmamento del estrellato. Su química con Newman se volvió legendaria, definiendo una nueva era de protagonistas masculinos, más vulnerables y menos convencionales.
Los años 70 consolidaron su estatus como el actor más taquillero de su generación. Protagonizó una sucesión de éxitos que definieron la década. Desde la comedia romántica The Way We Were (1973) con Barbra Streisand, hasta el thriller político Three Days of the Condor (1975) y el drama investigativo All the President’s Men (1976). En ésta última, su interpretación del periodista Bob Woodward ayudó a solidificar el mito del “Watergate”.
No obstante, Redford siempre pareció inquieto dentro de las limitaciones de la fama hollywoodense. Su mirada estaba puesta en un horizonte más amplio. En 1980, fundó el Sundance Institute en las montañas de Utah, un santuario para artistas emergentes.
Lo que comenzó como un modesto laboratorio se transformó, bajo su tenaz visión, en el Festival de Cine de Sundance, el evento más influyente de cine independiente. Durante décadas, Sundance representa un termómetro indispensable, lanzando las carreras de directores como Quentin Tarantino, Steven Soderbergh y los Coen brothers. Así como estrenando películas que luego conquistaron los premios Óscar, como Little Miss Sunshine y Whiplash. La revista Time, tras nombrarlo en 2014 como el “padrino del cine independiente”, ratificó un título que el mundo del cine le había concedido hacía mucho.
Su ópera prima como director, Ordinary People (1980), una disección desgarradora de una familia disfuncional le valió el premio Óscar a la Mejor Dirección. Y arrebató el de Mejor Película a Raging Bull de Martin Scorsese, un triunfo que muchos vieron como el surgimiento de una voz narrativa profunda y sensible. Le seguirían aclamadas adaptaciones como A River Runs Through It (1992) y Quiz Show (1994), esta última nominada al Óscar a la Mejor Película.
Incluso en sus últimos años, Redford no dejó de buscar nuevos desafíos. Recibió elogios de la crítica por su actuación casi sin palabras en el drama de supervivencia All Is Lost (2013) y, en un giro irónico que sólo un ícono de su talla podría permitirse, se unió al Universo Cinematográfico de Marvel, interpretando al villano, Alexander Pierce, en Captain America: The Winter Soldier (2014).
En 2002, Redford recibió un Óscar honorífico por su trayectoria. Así como también la Medalla Presidencial de la Libertad en 2016. Sin embargo, su verdadero premio es el paisaje cinematográfico que ayudó a moldear: uno donde las voces independientes y las historias personales encontraron un hogar, gracias a la fe inquebrantable de un soñador con el rostro de una estrella de cine.
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Le sobreviven su esposa, la artista Sibylle Szaggars, y sus hijos. El plan para un funeral es privado, según su publicista. En lugar de flores, la familia solicita que se realicen donaciones al Sundance Institute.