Perú
José Jerí Oré, otrora presidente del Congreso de la República de Perú juró este viernes como el nuevo jefe de Estado del país. Su ascenso se produce tras la aprobación de vacancia presidencial de Dina Boluarte Zegarra, bajo la controvertida figura constitucional de “permanente incapacidad moral”.
En su primer mensaje a la nación, con la mano en alto y ante un país profundamente dividido, Jerí Oré declaró: “Juro por Dios, por mi país y por todos los peruanos que ejerceré fielmente el cargo de presidente de la República”. Afirmó que su mandato se extenderá hasta el 26 de julio de 2026, fecha que originalmente marcaba el fin del periodo de la presidenta destituida.
En un discurso, que osciló entre el pedido de reconciliación y la declaración de una ofensiva frontal contra la criminalidad, el ahora presidente del país intentó trazar los lineamientos de un gobierno que nace de una crisis institucional.
“Es momento de pedir perdón por los errores que se hayan podido cometer”, manifestó, en lo que pareció ser un gesto conciliador dirigido a una ciudadanía fatigada por la inestabilidad política y las protestas sociales. “Debemos sembrar las bases desde hoy”, añadió, prometiendo construir un país desde la “empatía”.
No obstante, el tono del mensaje dio un giro al abordar el tema de la seguridad, identificándolo como la principal amenaza nacional. En su declaración, Jerí Oré no sólo señaló a la delincuencia como “el mal que nos aqueja”, sino que también proclamó: “El principal enemigo está en las calles, en las bandas y organizaciones criminales. Ellos son hoy nuestros enemigos y debemos declararles la guerra”. Para esta cruzada, anunció que movilizará a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas, en una estrategia que promete una coordinación estrecha con el Poder Judicial y el Ministerio Público.
En un guiño dirigido a calmar las aguas de la arena internacional y a sectores domésticos preocupados por la salud democrática, el nuevo presidente se comprometió a garantizar un proceso electoral transparente y neutral. Este compromiso es visto como crucial, dado que su administración es, en esencia, un gobierno de transición cuyo mandato central será allanar el camino para elecciones limpias que restauren la legitimidad perdida.
La salida de Dina Boluarte marca un nuevo capítulo en la reciente historia de Perú, un país que ha visto una sucesión vertiginosa de presidentes en los últimos años. Muchos de ellos destituidos o forzados a renunciar. La figura de la “incapacidad moral”, una cláusula constitucional vaga y altamente politizada, es el mecanismo recurrente para estos cambios abruptos, generando un debate permanente sobre la estabilidad de su sistema democrático.
Durante la mañana de este viernes, el Gobierno de Perú, a través de redes sociales, publicó las primeras imágenes de José Enrique Jerí Oré, vistiendo la banda presidencial de Perú. Lo anterior, tras la destitución de Dina Boluarte, ahora expresidenta de aquel país.
“En estricto respeto del orden constitucional, el presidente de la República del Perú, José Enrique Jerí Oré, realizó su primer ingreso a Palacio de Gobierno como jefe de Estado”. Publicaron.
A través de un comunicado, la Fiscalía de la Nación solicitó 18 meses de impedimento de salida del país contra la ahora expresidenta, Dina Ercilia Boluarte Zegarra. A ella se le investiga por la presunta comisión del delito de negociación incompatible o aprovechamiento indebido del cargo, en agravio del Estado.
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Lo anterior ya que, siendo presidenta de Perú, se interesó en designar a funcionarios en EsSalud y a concretar el pago de beneficios sociales para uno de los amigos del médico que le realizó operaciones quirúrgicas estéticas. De igual manera, la Primera Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada en Delitos de Lavado de Activos (Tercer Despacho) solicitó 36 meses de impedimento de salida del país para Bolarte Zegarra, investigada por el delito de lavado de activos, en agravio del Estado. El caso está vinculado a la recolección de dinero destinado a pagar la reparación civil de Vladimir Cerrón, activos provenientes de la organización criminal “Los dinámicos del centro”.