Lucha Libre
Durante la madrugada del pasado domingo 20 de abril, la Arena Naucalpan informó sobre la lamentable muerte, a los 73 años, de Black Terry, un destacado luchador que destacó en el pancracio. Nacido en 1952, como Esteban Mares Castañeda, el icónico gladiador tuvo una carrera que abarcó más de medio siglo entre máscaras, sudor y enseñanzas.
“Hoy el ring se queda en silencio. Con profundo dolor despedimos a la gran leyenda, el profesor Black Terry. Su lucha y carisma vivirán en el corazón de quienes lo admiramos. Con profundo dolor IWRG manda las más sinceras condolencias a su familia y amigos. Y compartimos la misma tristeza al enterarnos de esta terrible noticia. Descanse en paz Black Terry. Hasta Siempre amigo, compañero y leyenda. 1952-2025″. Reza el mensaje institucional.
Mares Castañeda debutó en 1973 bajo el nombre de “La Gacela”. Sin embargo, tras perder su máscara ante “El Signo”, tuvo un resurgimiento bajo el nombre de Black Terry: un peleador meticuloso, de estilo crudo, pero elegante, que se convirtió en columna vertebral del circuito independiente. Su paso por el CMLL y la IWRG, donde integró grupos memorables como Los Temerarios y Los Guerreros del Futuro, cimentó su reputación como un luchador de luchadores, admirado tanto por su resistencia como por su astucia.
Más allá del cuadrilátero, su legado se midió en vidas transformadas. En la Arena Naucalpan, su gimnasio y templo, moldeó a decenas de figuras que hoy dominan los encordados. “Enseñaba con la misma ferocidad con la que luchaba”, recordó en 2023 Hijo de Canis Lupus, uno de sus pupilos. Su método: mezclar el rigor de la técnica clásica con la teatralidad callejera que definió a la lucha underground.
La noticia desencadenó un torrente de homenajes. El Hijo del Santo, su rival en incontables batallas, lo despidió de Black Terry a través de un mensaje publicado en redes sociales.
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“Lamento profundamente el inesperado fallecimiento de mi querido compañero y admirado rival Esteban Mares Castañeda Black Terry. Mi más sentido pésame para toda su familia, en especial para su hijo, Black Terry”, publicó el Hijo del Santo.
Black Terry no fue un héroe de prime time, pero su huella, hecha de combates en arenas abarrotadas y noches entrenando a jóvenes, encapsuló el alma verdadera del pancracio. En un deporte donde las máscaras ocultan rostros, pero no legados, la suya quedará al descubierto: la de un hombre que luchó hasta el último tope.
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