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Por tercera vez en su historia, Nueva Zelanda aseguró su lugar en la Copa Mundial de la FIFA, sellando su clasificación con una contundente victoria de 3-0 sobre Nueva Caledonia ante un fervoroso público en el Eden Park. El triunfo le otorga a los “All Whites” el único cupo directo de la Confederación de Fútbol de Oceanía (OFC) para el torneo global, mientras que su rival deberá buscar un histórico primer pase a través del Repechaje de la FIFA.
Invictos en sus últimos 27 partidos de clasificación oceánica, los neozelandeses llegaron como claros favoritos. Sin embargo, se toparon con una Nueva Caledonia bien organizada que los frustró durante gran parte del primer tiempo. En una secuencia frenética cerca del mediocampo, “Les Cagous” repelieron tres remates en menos de un minuto: dos despejes milagrosos de Joseph Athale y una espectacular atajada del arquero Rocky Nyikeine mantuvieron el marcador en cero al descanso.
La apertura del marcador llegó en el minuto 54, justo después de que el capitán Chris Wood abandonó el campo debido a una lesión. El experimentado defensor Michael Boxall se elevó para conectar un córner y envió un potente cabezazo al fondo de la red, calmando los ánimos en el estadio. El suplente Kosta Barbarouses amplió la ventaja al aprovechar un pase elevado de Tim Payne y batir a Nyikeine, mientras que Elijah Just selló el triunfo con el tercer gol, confirmando el regreso de Nueva Zelanda a la máxima cita del fútbol mundial.
Para Kosta Barbarouses, delantero de 35 años, el momento estuvo cargado de simbolismo. “Este era mi quinto intento de llegar a un Mundial, y estoy abrumado”, confesó, con la voz quebrada. “No dejaba de recordar estos últimos 15 años, todos los intentos fallidos. Finalmente, ayudar al equipo a cruzar la línea lo significa todo”.
Por su parte, Michael Boxall, cuyo gol quebró la resistencia neocaledonia, miró hacia adelante. “Tuvimos desilusiones en el pasado; pero con la expansión del Mundial, sabíamos que era nuestra oportunidad”, declaró el defensa. “Clasificar no es la meta final, sino lo que hagamos allá. Ahora nos esperan 15 meses de preparación para estar a la altura”.
El entrenador de Nueva Zelanda, Darren Bazeley, reconoció los ajustes tácticos que desequilibraron el partido. “Tuvimos posesión, pero faltaba profundidad”, admitió. “En el entretiempo, ordenamos mayores proyecciones y pases más verticales. El resultado fue seguro, aunque el rendimiento no fue tan fluido como hubiéramos querido”.
En tanto, el técnico neocaledonio, Johann Sidaner, a pesar de la derrota, elogió la actitud de su equipo en un escenario adverso. “Hay decepción; pero no podría estar más orgulloso”, afirmó. “Su entrega, su coraje, estuvo todo ahí. Enfrentar a Nueva Zelanda en el Eden Park siempre sería un desafío enorme, pero nos vamos con la cabeza en alto. Ahora, nuestra mira está en el repechaje de 2026”.
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La victoria consolida a esta generación de “All Whites”, junto a los equipos de 1982 (España) y 2010 (Sudáfrica), como las únicas representaciones del país en un Mundial. Para una nación donde el rugby reina, el logro refuerza el crecimiento del fútbol y plantea un escenario en el que esta campaña podría redefinir el deporte en la cultura local.