Real Madrid
El reloj marcaba las 11:32 de la mañana cuando las puertas del auditorio de la Ciudad Real Madrid se abrieron para recibir a un hombre que conoce cada pliegue de su historia. Xabi Alonso, de 42 años, entró con paso firme, traje oscuro y una sonrisa contenida. No era un debutante. Era el regreso de un hijo pródigo, ahora investido como entrenador del primer equipo.
El acto comenzó con un vídeo que recorría su vida en blanco: desde su llegada como jugador en 2009 hasta aquel pase milimétrico a Di María en la Décima de Lisboa. Las imágenes terminaban con una frase en la pantalla: “Bienvenido a casa, Xabi”. La sala, repleta de periodistas y directivos, estalló en aplausos.
El presidente Florentino Pérez, con un discurso calculado al milímetro, tejió el puente entre pasado y futuro: “Hoy cumplimos otro sueño madridista”, dijo, mientras recordaba cómo Alonso, en su etapa como entrenador del Infantil A del club en 2018, ya dejaba claro su destino. “Lo vimos entonces: tenías la madera de un líder”.
Habló de su paso por la Real Sociedad B (donde logró el ascenso a Segunda División) y de su hazaña en el Bayer Leverkusen: “Rompió todos los pronósticos. Le devolvió a Alemania la magia del fútbol español”. Pero el mensaje clave fue otro: “Sabes lo que significa este escudo. Y sabemos que eres el hombre para defenderlo”.
Cuando tomó la palabra, Alonso evitó el sentimentalismo fácil. Agradeció, sí, pero dejó claro que su misión no es un homenaje, sino una conquista. “Ancelotti me enseñó que en este club no hay tiempo para transiciones. Solo para victorias”, dijo, en un guiño al legado de su mentor.
Sus palabras más reveladoras llegaron al hablar del equipo: “Tenemos talento, pero el Madrid no se conforma con eso. Queremos ser imbatibles, inagotables… eternos”. La referencia a la palabra favorita de Di Stéfano no fue casual.
Alonso llega en un momento delicado, no sólo deberá poner control desde el vestuario del equipo, donde los egos de Bellingham y Vinícius Jr. están presentes. Además, deberá enfrentar la sombra de Carlo Ancelotti, el italiano que dejó al Madrid como campeón de Liga y Champions. Por supuesto, la comparativa entre Ancelotti y Alonso será un tema de conversación constante, por lo menos durante los primeros partidos. Sin embargo, ambos entrenadores son diferentes y ya es momento de que Xabi Alonso muestre que tiene pasión por el equipo y la capacidad para conducirlo hacia nuevos triunfos.
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Alonso, quien firmó por tres temporadas, cerró con un “¡Hala Madrid!” que sonó a juramento. Fuera, en la tienda del Bernabéu, las camisetas con su nombre ya se vendían junto a las de Vinícius y Mbappé. El mensaje está claro: la era Alonso ya comenzó y el primer reto es el Mundial de Clubes de la FIFA.