Hace unas semanas, se llevó a cabo el juicio más mediático de los últimos tiempos. Una batalla legal entre el afamado actor Johnny Deep y la también actriz, Amber Heard.
Tras el juicio por difamación, el jurado decidió darle la razón a Johnny Depp, por lo que Amber Hard tendría que pagar poco más de 10 millones de dólares a su exesposo. Cifra que, de acuerdo la propia actriz, no tiene por el momento. Sin embargo, ella no fue la única que tendría que desembolsar una fuerte cantidad, pues el jurado también sentenció a Depp a pagarle a Amber un monto de dos millones de dólares de compensación por un argumento difamatorio utilizado por su abogado durante el juicio.
Debido a lo anterior, la actriz decidió declararse en bancarrota. Argumentando que les es básicamente imposible cumplir con la sentencia del jurado, ya que su patrimonio es inferior a la deuda que tiene con Johnny Deep. Esta situación no es reciente, pues, desde el instante de la sentencia en contra de Amber Heard, el abogado de esta explicó al juez que su clienta no estaba en posibilidades financieras para corresponder a una deuda de semejante cantidad.
Posterior a la conclusión del juicio, a principios de junio, los abogados de Amber Heard trataron de apelar la decisión del jurado para, en el peor de los casos, le concedan reducir el monto de la deuda. El argumento, que también publicó Heard a través de un comunicado en redes sociales, sostenía que no tuvo un juicio justo de acuerdo con la Primera Enmienda de Estados Unidos que se refieren a la libertad de expresión.
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Su apelación fue rechazada, por lo que hace una semana, la actriz decidió declararse en bancarrota. A través de lo cual trataría, nuevamente, de anular el juicio. Conociendo lo anterior, los abogados de Depp también presentaron una apelación para que se respete la decisión original del juez.
Por ahora, el jurado sigue firme en su decisión y parece que la actriz, quien da vida a la reina Mera en las películas de Aquaman, no tendrá opción más que cumplir con la sentencia de pagar los poco más de 10 millones a su expareja, a quien acusó por maltrato y provocando que el actor perdiera grandes contratos con productoras de cine tan importantes como Disney y Warner.