Sydney Sweeney
La famosa actriz hollywoodense, Sydney Sweeney, de 27 años, quien recientemente apareció en películas como Madame Web e Inmaculada; o series como Euphoria y The White Lotus, volvió a desafiar las tendencias. Esta vez, no con un papel en pantalla, sino a través de un producto que mezcla el marketing viral con una dosis de provocación: “Sydney’s Bathwater Bliss”. Se trata de un jabón de “edición limitada” elaborado con “un toque” del agua real de la bañera de Sydney Sweeney. La colaboración con la marca Dr. Squatch —anunciada el 29 de mayo— desató un torbellino de reacciones, desde entusiasmo irónico hasta críticas por la sexualización de lo cotidiano.
El proyecto nació de una campaña publicitaria en octubre de 2024, donde Sydney Sweeney promocionó un gel de ducha sumergida en una bañera espumosa. La imagen, aparentemente inocua, generó una ola de comentarios curiosos: los seguidores comenzaron a preguntar, medio en broma, qué haría con el agua usada. “La guardamos”, respondió la actriz en Instagram, transformando el meme en un producto tangible.
El jabón, que se lanzará el 6 de junio en el sitio web de Dr. Squatch, promete una experiencia sensorial “entre el bosque y la bañera de Sydney”. Con notas de pino, abeto Douglas y musgo terroso —y, sí, ese polémico ingrediente—, la marca busca capitalizar el culto a la celebridad con un guiño de autoconciencia: “Es extraño de la mejor manera”, admitió Sweeney.
La iniciativa no pasó desapercibida. Mientras algunos fans aplaudieron el humor absurdo del producto (“Lo que sea que haga que los hombres se bañen”, escribió un usuario), otros cuestionan su trasfondo. “Esto es lo que pasa cuando te reducen al objeto de deseo”, criticó un seguidor, en referencia a la frecuente sexualización de la actriz. La comparación con Gwyneth Paltrow y sus velas de fragancia íntima (This Smells Like My Vagina) es inevitable: ambos casos usan el cuerpo femenino como commodity, aunque Sweeney insiste en un mensaje de cuidado personal “natural” para hombres.
Con solo cinco mil unidades disponibles, a un módico precio de ocho dólares por pieza, el jabón ya es un hype comercial. Pero, más allá del shock value, el fenómeno refleja una tendencia: la monetización de lo personal en la era digital. Paltrow lo hizo con velas que hoy se revenden por 400 dólares; Jacob Elordi (compañero de Sweeney en Euphoria) fue víctima de velas no autorizadas con su “aroma” tras Saltburn. Sweeney, en cambio, controla la narrativa —y el agua— desde el principio.
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En conclusión, Bathwater Bliss es más que un jabón: es un espejo de cómo las celebridades navegan entre el engagement y la controversia. Queda por ver si los compradores buscan una fragancia “a bosque y famosa” o simplemente un trofeo de la cultura pop. Pero como dijo la propia Sweeney: “Cuando tus fans piden tu agua de baño, puedes ignorarlos… o convertirla en algo inolvidable” 13.