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Alemania atraviesa una de las etapas más complicadas en la historia de la pandemia por COVID-19. Con la curta oleada de contagios en el país, miles de personas se han infectado con el virus del SARS-CoV-2, encendiendo las alertas sanitarias por la magnitud del rebrote.
Hasta el momento, se han detectado más de 50 mil nuevos contagios. Cifra que no se había visto en Alemania en ninguno de los picos desde el inicio de la pandemia. Además, de acuerdo con el Instituto Robert Koch, encargados del registro de la pandemia en Alemania, durante los últimos días, más de 230 personas han fallecido a consecuencia de la enfermedad, un aumento importante si consideramos que la semana anterior la cifra fue de 165 muertes.
En cuanto al número de casos activos en dicho país, se estima que suman más de 364 mil 400 registradas hasta el 11 de noviembre. Este rebrote de coronavirus ha generado también un fuerte incremento en el número de hospitalizaciones. Tan sólo en las pasadas 24 horas, más de 1,360 personas ingresaron a los centros de salud para recibir atención por COVID-19.
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Debido al importante incremento de casos por COVID-19, Angela Merkel ha mostrado su preocupación por la salud de sus connacionales. Y calificó la situación de Alemania como “dramática”, luego que desde hace unas semanas comenzaran a incrementarse exponencialmente los contagios.
La pandemia no ha terminado, de hecho, tal como lo refiere el portazo de la canciller, “se propaga de nuevo de manera importante”. Por ello no dudaron en solicitar a las autoridades que aplicaran nuevas medidas de control sanitario para evitar que la situación se salga de control.
Pero ¿cómo ocurrió esta nueva crisis de COVID-19 en Alemania? Los expertos comentaron que la cuarta ola de contagios es posible debido a que muchas personas siguen sin vacunarse. Actualmente, en dicho país europeo se tiene estimado que el 70 % de su población ya está inoculada (67.3 % con el cuadro completo); pero, aun así, el 30 % restante representa un número importante que está vulnerable ante los contagios.
Algunas restricciones en la capital alemana son que las personas no vacunadas, no podrán entrar a ciertos establecimientos. Incluso si presentan una prueba negativa de coronavirus. Por ejemplo, restaurantes, bares, gimnasios, entre otros.