CDMX
De continuar con el ritmo actual de la extracción del agua, la CDMX podría verse en una complicada crisis de disponibilidad de este recurso natural en cuatro décadas. Así lo reveló Manuel Perló Cohen, investigador adscrito al Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El investigador detalló que, para abastecer la alta demanda de líquido, durante décadas se ha estado sobreexplotado la extracción en diversos mantos acuíferos, tanto de la capital del país, como del Estado de México e Hidalgo. De seguir así, continuó, en las próximas cuatro décadas la distribución del agua sería uno de los temas más delicados y complejos en solucionar para el gobierno capitalino.
“Si no hacemos cambios drásticos en materia del vital líquido subterráneo, nos encaminaremos a una catástrofe silenciosa. La cual no es visible como cuando el nivel de las presas disminuye, un río está contaminado o un manantial se seca. Aquí no podemos ver con el mismo dramatismo el desastre que está ocurriendo realmente”. Explicó el investigador de la UNAM.
Perló Cohen subrayó que el problema no sólo es la sobreexplotación de los mantos acuíferos. Sino que también, al extraer el agua en cuantiosas cantidades, se ha provocado hundimientos en el subsuelo. Claro ejemplo el Zócalo de la Ciudad de México que ahora se encuentra ocho metros por debajo del nivel visto hace un siglo.
De acuerdo con sus investigaciones, la zona centro del país extrae del subsuelo un aproximado de 40 mil litros de agua por segundo, es decir poco más del 60 % del consumo en el Área Metropolitana de la CDMX. El resto del líquido es extraído del sistema Cutzamala y del acuífero Toluca-Lerma.
A través de una publicación en Gaceta UNAM, se explicó que en México se tienen definidos 653 acuíferos, de donde se extrae el 38.7 % del agua utilizada en el país. De dicho total, 105 acuíferos son sobreexplotados, pues se extrae más del doble de lo que se recargan.
Uno de los casos más evidentes, afirma el investigador, es el caso de Texcoco, en el Valle de México, el cual tiene una sobreexplotación del 800 %. Otros ejemplos son aquellos acuíferos que están en los estados que presentan menor caída de lluvia. Por ejemplo:
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El investigador apuntó que, en el subsuelo del país, “existe un tesoro, el más importante en términos de recursos naturales”. Y agregó que “nada se puede comparar con lo que representa el agua y las carencias que significaría no tenerla”.
En cuanto a cómo evitar el proceso de deterioro de los mantos acuíferos, destacó que podrían llevarse a cabo “diversas acciones”. Sin embargo, aclaró que revertir el deterioro “es cosa más seria y difícil”, pero sí puede frenarse para que “la pendiente no se haga cada vez más aguda y extrema”.
Para ello, el académico insiste en que hace falta más investigación para identificar cuál es el nivel de las reservas de agua. Señaló que “es necesario saber la cantidad de líquido que tenemos en realidad. Debemos conocer con datos precisos cuánta hay en las reservas, cuánta se infiltra, se extrae, se consume…”.
Asimismo, destacó la importancia de proteger las áreas de recarga del acuífero y reducir la extracción subterránea a través del uso eficiente y el cuidado del agua tanto en los hogares, como en el campo.