Crimen Organizado
Jalisco
Tras una exhaustiva inspección en el rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Jalisco descartó la existencia de hornos o crematorios clandestinos en el predio. Sin embargo, sí confirmaron la presencia de estructuras y áreas que sugieren actividades sospechosas.
El operativo, coordinado entre autoridades estatales y federales, incluyó el uso de tecnología avanzada, como análisis con georradar y uso de drones térmicos y electromagnéticos para detectar anomalías bajo tierra. para detectar posibles fosas clandestinas y restos humanos.
Personal de la Fiscalía de la República (FGR), en conjunto con la Comisión Nacional de Búsqueda, la Guardia Nacional y colectivos de personas desaparecidas, inspeccionaron el predio, conocido como La Estanzuela. Hasta el momento, afirmaron que “no se encontraron hornos”; pero sí identificaron habitaciones, baños, cocinas, bodegas, áreas de adiestramiento táctico y una zona de acondicionamiento físico.
“No se detectaron estructuras que funcionaran como hornos; pero se identificaron áreas de interés que requieren mayor investigación”, se le en un comunicado emitido por la fiscalía del estado.
Integrantes de colectivos como Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos y Guerreros Buscadores de Jalisco estuvieron presentes durante la inspección. Una activista adelantó que, de acuerdo con testimonios de personas que estuvieron reclutadas en el lugar, podrían existir al menos seis puntos de inhumación.
“Nos llegaron reportes sobre que hay muchos cuerpos enterrados aquí. Aunque no encontramos hornos en funcionamiento, los restos hallados parecen tener entre dos y dos años y medio de antigüedad”, explicó una integrante de los colectivos en redes sociales.
Los activistas también mencionaron el hallazgo de fragmentos de huesos calcinados, algunos tan deteriorados que se deshacían al tacto. “Este es el hallazgo más impactante que hemos tenido. Nunca habíamos visto algo así”, externaron.
Durante la inspección, se detectó la presencia de sosa cáustica enterrada en el terreno, un hallazgo que generó interrogantes entre las autoridades. “No sabemos por qué está ahí; pero se iniciarán trabajos de excavación para determinar su propósito”, detalló una activista. Este viernes continuarán las revisiones en el inmueble para descartar la presencia de restos humanos y aclarar el uso que se le daba al predio.
El rancho Izaguirre ha sido objeto de atención desde que se reportaron denuncias sobre actividades ilícitas, incluyendo la posible existencia de hornos para incinerar cuerpos. Aunque las autoridades descartaron esta posibilidad, la presencia de áreas de entrenamiento y sustancias químicas sugiere que el lugar pudo ser utilizado para fines delictivos.
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Para los colectivos de familiares de desaparecidos, este caso representa una nueva oportunidad para encontrar respuestas en medio de una crisis de desapariciones que afecta a miles de familias en México. “Estamos nerviosas por lo que podamos encontrar, pero también esperanzadas de que esto nos acerque a la verdad”, dijeron.