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Estado de México
Fiscalía
 
								
								Tras la captura de un sujeto, identificado como Cristopher Camacho, alias “El Comandante”, comienza a desentrañarse la compleja red criminal detrás del asesinato de dos músicos colombianos, Bayron Sánchez Salazar, conocido como B-King, y Jorge Luis Herrera Ramos, Dj Regio Clown. Los hechos, ocurridos en septiembre, pusieron al descubierto los peligrosos vínculos entre el narcotráfico, la extorsión y el mundo de los eventos de música urbana en México.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México confirmó la detención de “El Comandante”, así como de otros miembros de su grupo criminal. La investigación, conecta los homicidios de B-King y DJ Regio Clown, con una red criminal transnacional dedicada a la distribución de drogas sintéticas, en particular las populares y coloridas sustancias conocidas en el mercado ilegal como “2-CB (Tusi)” y “Coco Channel”.
El caso, que involucra a detenidos de al menos cuatro nacionalidades—España, Venezuela, Cuba y Colombia—, se inició el 17 de septiembre, cuando hallaron los cuerpos de los artistas en la carretera México-Cuautla, en el municipio de Cocotitlán. Las autoridades reiteraron que el sitio del hallazgo se trató un escenario secundario, descartándolo como el lugar original del crimen.
La investigación forense y de inteligencia giró en torno a un vehículo Mercedes Benz color plata, identificado como el que habría recogido a los colombianos en la Plaza Miyana, en la exclusiva colonia Granada de la Ciudad de México. La unidad se convirtió en el hilo conductor de una madeja criminal.
De acuerdo con los reportes de la fiscalía del Estado de México, el vehículo fue sometido a una alteración en una hojalatería del municipio de La Paz, el 23 de septiembre. Allí, las autoridades arrestaron a Luis Alberto “N”, El Muerto, y a Angélica Iraís “N”. Una nota incautada en el taller, con un lenguaje que delata órdenes superiores, rezaba: “Don Güero, le encargo, el patrón quiere que se pinten los rines, pasa por él, el miércoles”.
La pista resultó crucial. Un día después, localizaron dicho vehículo en un estacionamiento subterráneo en Tepetlaoxtoc, ahora con una capa de pintura roja. Allí también rescataron a una mujer que se encontraba en presunta privación ilegal de su libertad. Dentro del automóvil, en el asiento del conductor, localizaron un vaso con un popote. La prueba de ADN fue contundente: la muestra coincidía con el perfil genético de Bayron “B-King” Sánchez. No obstante, por la ausencia de restos sanguíneos en el auto, las autoridades concluyeron que no trasportaron los cuerpos en éste.

La pesquisa sobre el origen del vehículo llevó a los agentes hasta Jaime “N”, alias Puga, quien adquirió el automóvil después de que, tras un siniestro, lo declararon pérdida total. Puga, según las indagatorias, entregó el auto a José de Jesús “N” para su reparación en un taller de Iztapalapa. Vecinos de este último lo describieron a las autoridades como un sujeto vinculado a La Unión Tepito, grupo delictivo que controla el comercio ilegal en el histórico barrio de la capital.

El operativo en Tepetlaoxtoc también desató otro frente. La presencia de los agentes fue cuestionada por un grupo de ciudadanos colombianos, cuya agresiva actitud levantó las sospechas de los oficiales. Su posterior arresto los vinculó a un esquema de extorsión “gota a gota”, un método de préstamos usureros y cobro coercitivo que se ha expandido por América Latina.
La trama se complica con el contexto de la visita de los músicos. Sánchez y Herrera viajaron a México para participar en una serie de eventos denominados “Sin Censura”. En uno de estos conciertos, reveló la fiscalía, rescataron a una mujer de nacionalidad española que estaba privada de su libertad. El operativo para su liberación resultó en la detención de siete personas más —dos mujeres (una de España y otra de Venezuela) y cinco hombres (originarios de Cuba, Colombia, Venezuela y México). Lo cual exhibe el perfil internacional de la red criminal.
El doble homicidio traspasó fronteras y llegó hasta la esfera política más alta. Tras conocerse la noticia, el presidente de Colombia, Gustavo Petro. Él usó sus redes sociales para lanzar una crítica contundente, señalando a la fallida “guerra contra las drogas” como un factor subyacente en la tragedia que cobró la vida de sus connacionales.
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La captura de “El Comandante” no es, por tanto, el final de la historia. Es más bien la puerta de entrada a una investigación que sigue revelando la intrincada y violenta conexión entre el entretenimiento, las finanzas criminales internacionales y las políticas de drogas.