Charlie Brown
Snoopy
Sony
En la competitiva búsqueda de propiedades intelectuales perdurables, Sony Group aseguró un premio arraigado en la infancia de generaciones: la franquicia “Peanuts”. En un acuerdo valorado en 457 millones de dólares, el conglomerado japonés adquirió los derechos de Charlie Brown, Snoopy y su pandilla, marcando el cambio más significativo en la propiedad de la marca desde su creación hace 75 años.
La transacción, anunciada conjuntamente por Sony y la compañía de entretenimiento canadiense WildBrain, otorga a dos subsidiarias de Sony una participación adicional del 41 por ciento en Peanuts Holdings LLC. Sumada a la participación del 39 por ciento que Sony Music Entertainment (Japan) ya poseía. La operación eleva la propiedad total de Sony al 80 por ciento, transformando la icónica marca en una subsidiaria consolidada dentro del imperio Sony. El 20 por ciento restante permanecerá con la familia de Charles M. Schulz, el amado dibujante que presentó por primera vez a su personaje, en una tira cómica para el periódico, el 2 de octubre de 1950.
El movimiento es el último de una serie de adquisiciones estratégicas de Sony para fortalecer su cartera de entretenimiento. La cual recientemente incluyó participaciones en el gigante editorial japonés Kadokawa y el poderoso de videojuegos Bandai Namco. Para WildBrain, la venta cristaliza el valor financiero que ha construido en “Peanuts” desde que adquirió una participación mayoritaria en 2017, proporcionando capital para eliminar su deuda e invertir en sus franquicias de propiedad total como “Strawberry Shortcake” y “Teletubbies”.

En declaraciones oficiales, los ejecutivos de Sony enmarcaron la adquisición tanto como una responsabilidad de custodia como una oportunidad de crecimiento.
“Desde 2018, Sony Music Entertainment (Japón) se enorgullece de formar parte de la alianza detrás de ‘Peanuts’, una icónica marca global de entretenimiento con 75 años de experiencia deleitando al público mundial. Con esta participación adicional, nos entusiasma poder aumentar aún más el valor de la marca ‘Peanuts’ aprovechando la extensa red global y la experiencia colectiva del Grupo Sony. Estamos profundamente comprometidos con la continuidad del legado de Charles Schulz y la familia Schulz. Junto con SPE, y con el respaldo de la continua colaboración de WildBrain, seguiremos explorando nuevas oportunidades para garantizar que ‘Peanuts’ siga siendo una presencia relevante y querida entre generaciones, llegando a nuevas audiencias y compartiendo el encanto atemporal de la pandilla durante los próximos años”. Comentó Shunsuke Muramatsu, presidente y director ejecutivo del grupo de Sony Music Entertainment (Japan), que tomará la delantera en la gestión de la propiedad.
Por su parte, Ravi Ahuja, presidente y director ejecutivo de Sony Pictures Entertainment, hizo eco del sentimiento, calificando a “Peanuts” de “histórica e icónica”. Y destacó la “oportunidad extraordinaria de proteger y dar forma al futuro de estos amados personajes para las generaciones venideras”.

A pesar del cambio en la propiedad mayoritaria, aspectos clave del negocio de “Peanuts” mantendrán continuidad. Según el acuerdo, WildBrain seguirá siendo un socio operativo crítico para la franquicia bajo un acuerdo de servicio de varios años. Sus funciones continuas incluirán:
Esta estructura sugiere que la estrategia inmediata de Sony es menos una revisión radical y más la aplicación de su escala global al modelo de negocio existente. Lo cual ha llevado a la marca a un récord de ingresos en el último año fiscal.

Para Sony, el atractivo de “Peanuts” radica en su raro estatus como una marca global verdaderamente transgeneracional. Lo que comenzó como una simple tira cómica se convirtió en un fenómeno cultural, con frases como “manta de seguridad” y “santa paciencia” entrando en el léxico global. Su expansión a especiales animados fundamentales, largometrajes, atracciones de parques temáticos y miles de productos de consumo la ha convertido en una propiedad comercial resiliente.
El acuerdo subraya una tendencia persistente en la industria del entretenimiento, donde los conglomerados compiten agresivamente por propiedades intelectuales con un atractivo comprobado y de décadas de duración. Al asegurar “Peanuts”, Sony no sólo compra un dibujo animado; sino que invierte en un vasto depósito de nostalgia y buena voluntad, apostando a que las ansiedades y alegrías atemporales de Charlie Brown y sus amigos puedan seguir encontrando nuevas audiencias en un panorama mediático cada vez más fragmentado.
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La transacción está pendiente de aprobaciones regulatorias y otras condiciones de cierre habituales. Una vez completada, la custodia de una pieza definitoria de la cultura pop del siglo XX descansará oficialmente en uno de los conglomerados de entretenimiento y tecnología más grandes del siglo XXI.