CDMX
Día de Muertos
En un año marcado por la conmemoración de los siete siglos de la fundación de Tenochtitlán, el corazón ancestral de la Ciudad de México se prepara para albergar una de sus tradiciones más vibrantes con un giro notable. Las autoridades culturales, en colaboración con la comunidad local, presentaron el Festival de Ofrendas y Catrinas del Centro Histórico 2025, un ambicioso proyecto que, del 28 de octubre al 3 de noviembre, transformará los emblemáticos perímetros del primer cuadro de la CDMX en un museo vivo y comunitario.
A diferencia de ediciones anteriores, el evento de este año eliminó el componente competitivo. De acuerdo con Carlos Cervantes, Coordinador General de la Autoridad del Centro Histórico, la decisión busca fomentar la creatividad y la participación colectiva sin las presiones de un concurso.
“Para que aflore la creatividad y la participación, se dé un reconocimiento a los participantes sin tener un tema de competencia o de concurso. Finalmente, todos los trabajos son de reconocerse. Es un esfuerzo muy importante tanto de vecinos, comercios, instituciones educativas y de gobierno”, afirmó Cervantes durante la presentación de la convocatoria, que espera superar las 250 ofrendas inscritas.
El festival, organizado por un consorcio de entidades gubernamentales y civiles, no solo busca fortalecer la identidad y el sentido de comunidad, sino que también enmarca en una narrativa histórica profunda: la conmemoración de los 700 años de la Gran Tenochtitlán. Esta temática servirá como un lienzo para que los participantes exploren, a través de instalaciones artísticas, el diálogo entre el pasado prehispánico y el México contemporáneo.
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El proceso de registro para el Festival de Ofrendas y Catrinas será gratuito y se realizará en línea del 6 al 25 de octubre. Las ofrendas se deben instalar en espacios públicos entre el 24 y el 27 de octubre, y estarán sujetas a lineamientos diseñados para garantizar la seguridad de los visitantes y la integridad del patrimonio urbano. Entre las normas está la prohibición de arreglos florales independientes —únicamente se permiten como parte integral de una ofrenda— y el uso de materiales seguros.
Si bien no habrá un podio de ganadores, el festival instituirá un sistema de reconocimientos simbólicos y menciones especiales para propuestas que destaquen por su originalidad, narrativa o calidad estética. Todos los participantes recibirán una constancia oficial. Y las distinciones más notables se promocionarán en redes sociales de la autoridad del Centro Histórico.
El cierre del festival será el 7 de noviembre, en la Plaza del Seminario, escenario del “Catrina Fest”, una pasarela organizada por diseñadores y comercios de la calle de las Novias, donde jóvenes del centro histórico encarnarán a la icónica Catrina en un desfile que rinde homenaje a esta figura creada por José Guadalupe Posada y popularizada por Diego Rivera.
El anuncio del festival estuvo acompañado por el sonido nostálgico de organilleros, un detalle que, según Cervantes, refleja el compromiso de celebrar las tradiciones populares. En un contexto de creciente turismo cultural.
La apuesta por la cultura como motor económico también fue subrayada. Cervantes mencionó que la administración de la jefa de Gobierno, Clara Brugada, tiene previsto saturar la ciudad con una amplia oferta de actividades culturales gratuitas durante esas fechas. Se espera que se genere una significativa derrama económica en el corazón de la capital, consolidando a la Ciudad de México como un epicentro global de las celebraciones del Día de Muertos.