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Este miércoles 29 de junio, México alcanzó una nueva marca histórica en la sumatoria de contagios confirmados por COVID-19. Desde que detectó el primer caso de COVID-19 en México, allá en febrero de 2020, el virus ha llegado al país con nuevas cepas. Delta y Ómicron son las que hasta el momento están causando más estragos en la población; sin embargo, las nuevas variantes como BA.4 y BA.5 también comienzan a tener presencia global.
Así, a poco más de dos años desde que el primer paciente fue diagnosticado con coronavirus en el país, con cada nueva ola (y ahora en vías de entrar a la quinta), los indicadores van aumentando. Afortunadamente, tal como lo ha expresado la Secretaría de Salud, el IMSS o el subsecretario López-Gatell, las vacunas con uno de los principales puntos de defensa para no contraer el virus; o en su defecto, para no desarrollar enfermedad grave que termine en hospitalización o fallecimiento.
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Desde hace 10 semanas, los nuevos contagios por COVID-19 en el país van en ascenso. Hace unos días se registraron más de 20 mil contagios en menos de 24 horas. Y ayer, la cifra se elevó hasta los 23 mil 148 nuevos casos en el mismo periodo.
Con esto, también se incrementan otros indicadores como fallecimientos. Desde el inicio de la pandemia a la actualidad, suman 325 mil 669 defunciones. Mientras que el más reciente reporte de la Secretaría de Salud señala que la mayoría de los nuevos contagios se concentra en estados como Ciudad de México (39 mil 812), Estado de México (13 mil 182), Nuevo León con (siete mil 623), Sinaloa (seis mil 338) y Quintana Roo (cinco mil 525).
Así que, ante la creciente cantidad de transmisión de COVID-19, lo más recomendable es mantener las medidas sanitarias básicas. Tal es el caso del lavado constante de manos, uso de cubrebocas en interiores y exteriores, ventilar los espacios cerrados, usar gel antibacterial y mantener la sana distancia.
Por supuesto, es igual de importante tener el cuadro completo de vacunación y la dosis de refuerzo. Más aún si se trata de personas mayores de 60 años o que padezcan alguna comorbilidad que altere su sistema inmune.
